Fotografía de Victor Landos.


Es la mañana del cuarto viernes de enero, en la calle Rubén Darío del centro histórico de San Salvador caracterizado por el ambiente al que le dan vida los muchos vendedores informales que ofrecen toda variedad de productos, gritan lo más alto que pueden, los precios de los artículos que ofrecen, el principal de ellos, la mascarilla, una artículo tan esencial estos días, como el oxígeno a los pulmones.

Pero hay ciertos artículos que otros años serían los que acapararían las ventas y se ofrecieran en la mayoría de puestos de venta informal en el centro: los útiles escolares.

Si hay algo que caracteriza al Centro Histórico de San Salvador es que se adapta rápidamente a las épocas; como una especie de estación. Justo después de las fiestas de fin de año en diciembre, los “estrenos”, los juguetes y demás artículos para celebrar las fiestas navideñas, son rápidamente reemplazados por cuadernos, libros, uniformes y todo lo necesario para el comienzo del año escolar.

Aunque las ventas navideñas supieron adaptarse muy bien a la venta de mascarillas, los útiles escolares no corrieron con la misma suerte y ahora, a menos de dos semanas del inicio del año escolar, apenas y si se pueden encontrar puestos que ofrezcan útiles escolares.

Los pocos vendedores que han decidido ofrecer útiles escolares, han decidido hacerlo al mismo tiempo que ofrecen mascarillas.

“Se están vendiendo más las mascarillas que los cuadernos”, asegura José Bolaños, un joven vendedor que ha visto como la educación en línea y las mascarillas, cambiaron el panorama en cuanto a los artículos más vendidos en esta época del año.

Fotografía de Victor Landos.


De hecho, las ventas de mascarillas son las que dominan en la arteria para la venta informal. Se ofrecen de todos los estilos y colores, con precios que varían entre los $0.60, hasta los $5 o $10, si se compran las cajas.

Hay dos cosas en la que concuerdan los vendedores: los cuadernos son los útiles más solicitados, puede que la educación sea virtual, pero la práctica aún sigue siendo al modo tradicional, realizar tareas de forma escrita.

“Lo que los padres de familia andan buscando es lo básico, son los cuadernos, colores, lápiz, sacapunta, lo que sus hijos van a ocupar, lo básico”, asegura Francisco Molina, otro vendedor que ha visto las bajas ventas de útiles escolares.

“Últimamente los padres de familia no andan comprando libros, solamente cuadernos, libros no, bueno ni preguntan por libros”, al referirse a las escasa venta de libros.

“No los están buscando tampoco, como todo dicen que por línea”, asegura Bolaños al preguntarle sobre la venta de libros, “tenemos de caligrafía, los Nacho, tenemos el Victoria y lo que usan los niños, de cuentos y para dibujar”, agrega.

Y es que, al parecer, los libros son los mayores ausentes en las listas de útiles escolares este año.

Algunos comerciantes se mantienen positivos que con el inicio de clases aún más cerca, estas puedan crecer un poco más, durante la pasada quincena, vieron un leve aumento, aunque no se escuchan del todo convencidos.

“Hubo porque hubo, pero solo un día, ya al siguiente día, normal, igual, no es mucho, nosotros esperamos que el fin de mes logremos vender algo, o tal vez hoy o mañana que es sábado o el domingo”, asegura Reyna Espinoza, otra vendedora de útiles escolares que se ha visto afectada por las bajas ventas de los útiles escolares.

Se termina el recorrido por San Salvador, sin dejar de pensar en cómo los útiles escolares no supieron adaptarse a la así llamada “nueva normalidad” y también del impacto que tendrá en las futuras generaciones el no fomentar un hábito de lectura por cuenta propia en los hijos.