Hace más de 20 años que vengo escuchando a los funcionarios gubernamentales de varios gobiernos hablar de la necesidad de mejorar nuestra educación. Creo que todos los ministros y presidentes que hemos tenido desde el fin de la guerra han repetido lo mismo y tenían razón en desear la mejoría pero muy poco se ha hecho.

Uno de las metas más ambiciosas que escuché fue durante la administración Saca, que se hablaba del plan 2021. En ese gobierno se estableció como meta que los estudiantes salvadoreños al salir de bachillerato, serían bilingües y con la formación informática suficiente para el mundo digital que se nos venía encima. Una meta brillante, una buena visión de futuro pero 2021 está a solo unas semanas y no se cumplió la meta. Nadie más habló del plan 2021 y durante los gobiernos de Funes y Sánchez Cerén muy poco se habló de la enseñanza del inglés o de la computación. Solo se regalaron aquellas “Lempitas” que no pasaron de ser actos políticos para justificar la existencia de Alba petróleos.

Con la pandemia y la necesidad de las clases en línea no solo nos quedó evidencia la escasa conectividad de miles de estudiantes sino también la escasez de conocimientos tanto del inglés como de la computación. Ahora con el anuncio de la prueba Avanzo también se notan los problemas de conectividad y por eso vimos el fin de semana la firma de convenios con las firmas telefónicas.

Las metas de Educación deben trascender los gobiernos y tener claro que hablar y entender inglés, así como tener conocimientos básicos de informática son esenciales para el mundo moderno.