El pago de terapias médicas, alimentación especial y la cuota escolar para niños con condición de autismo, son parte de las secuelas económicas que enfrenta Demetrio Turcios, padre de la periodista de La Prensa Gráfica (LPG), Karla Turcios, víctima de feminicidio.

Tan solo 15 días han pasado, desde que Demetrio conoció que Mario Alberto Huezo Portillo, esposo y asesino de su hija, fue condenado a 50 años de cárcel, y asegura sentir satisfacción porque hubo justicia.

Sin embargo, a pesar de la satisfacción le preocupa el crédito para la compra de una casa que adquirió junto a su hija.

“Tengo la deuda de la casa que es de $20,000. Cuando murió Karla el banco canceló una parte del seguro, pero debo seguir trabajando porque los gastos están, aunque tenga estabilidad económica, el niño necesita terapias y su alimentación también es especial y como todos sabemos Mario (Huezo) nunca le ayudó en nada (a mi hija), pero ni una cabeza de ajo compraba”.

El padre de Karla Turcios explica que solo en la educación de su nieto, de siete años de edad, debe cancelar mensualmente una cuota de $250. El infante asiste a la Asociación Salvadoreña de Autismo (ASA) a recibir clases para contar números, desarrollar sus sentidos y ser más independiente.

En la alimentación especial del niño, la familia de la periodista desembolsa aproximadamente $200 y en cada terapia médica que el menor de edad recibe con el neurólogo, pagan al menos $30.

El pasado 31 de enero, la Jueza Especializada para una Vida Libre de Violencia contra la Mujer, además de condenar a 50 años de cárcel a Mario Huezo, decretó que debe cancelar en concepto de responsabilidad civil $40,000 para los gastos en alimentación y educación de su hijo, por haberlo obligado a presenciar el feminicidio de su mamá.

“Yo siento que la responsabilidad civil me queda como un símbolo nada más, es una condena simbólica; ese dinero nadie lo va a reparar y yo lo sé, porque el tipo no trabajaba. Era un maleante, varias veces dejó a mi hija con deudas o yo tenía que pagarlas”, asegura Demetrio.

El padre de la periodista señala que es importante dejarle un seguro a su nieto y pagar la deuda de la casa de Karla, por lo que solicita al Gobierno o alguna Organización no Gubernamental, le brinden un empleo para ahorrar y dejarle un futuro y que desarrolle sus habilidades en su condición de autismo.

“Yo no pido a las autoridades de Gobierno que me regalen nada, pero puedo serviles como abogado y notario. Puedo servirle a la institucionalidad. No quiero 10 o 20 años en un puesto, solo pido cuatro o cinco para ahorrar dinero para mi nieto, cubrir las deudas y que él estudie”, asegura.

En el juicio en contra de Mario Huezo, el Juzgado Especializado para una vida libre de Violencia contra la mujer, determinó que el hijo de ambos fue torturado al presenciar el asesinato de su madre.

Durante la lectura del fallo, la jueza del caso dijo que el Ministerio Público fiscal acreditó que el menor de edad, no solo estuvo presente cuando Huezo perpetró el crimen, también fue obligado a cargar y tirar el cuerpo de su progenitora.

La familia de la periodista pidió justicia y sospechó que el ataque fue directo a ella. / DEM


La Juzgadora aseveró que el hijo de Karla fue sometido “al acto más inhumano de tortura: someter a un hijo a cargar el cadáver, y someter a tirarlo. Solamente imaginarse el dolor de someterlo a una tortura de presenciar el feminicidio y tirarlo a la calle es el acto más misógino hacia una mujer”, dijo la jueza.

El 14 de abril de 2018, Karla Turcios fue asesinada por Mario Huezo, quien la golpeó en la parte frontal de su cabeza, esto ocasionó que quedara inconsciente e indefensa para posteriormente estrangularla.

Luego del crimen le colocó una bolsa en la cabeza para que no manchara con sangre el automóvil y fue a abandonar su cadáver al kilómetro 92 de la Longitudinal del Norte, en jurisdicción de Santa Rosa Guachipilín, Santa Ana, comprobó la fiscalía.

 

El crimen que conmocionó

 

El asesinato de Karla Turcios fue uno de los feminicidios que causó conmoción en el país en 2018, especialmente en el gremio periodístico. El ahora condenado, Mario Huezo, denunció la desaparición de Karla, cuando en realidad la había asesinado y lanzado en la carretera.

La Fiscalía sospechó de él, porque en la denuncia que hizo en la policía entregó una nota que intentaba relacionar a su padre: “Adiós a su hija Lic. Perro”, y cuando el cuerpo fue encontrado, y Huezo la reconoció en la morgue de Medicina Legal, tiró una nota similar. El Ministerio Público Fiscal concluyó que todo fue una coartada de Huezo, quien había ejercido violencia económica sobre Karla, por mucho tiempo.