Un peritaje del IML indicó que Flores Castro tiene ansiedad por el encierro. / DEM


El subcomisionado Julio César Flores Castro, exjefe del extinto Grupo de Reacción Policial (GRP), quien guardaba prisión por el supuesto encubrimiento en el feminicidio de la agente Carla Ayala, fue puesto en libertad, pero deberá cumplir una serie de medidas.

La Unidad de Prensa del Centro Judicial Isidro Menéndez recibió información del Juzgado Especializado de Instrucción de la Mujer, donde se detalla que el oficial de la Policía Nacional Civil (PNC), deberá presentarse cada 15 días a firmar a ese sede judicial y tiene prohibido salir del país.

La jueza de la causa resolvió otorgarle medidas para que enfrente el proceso penal en libertad, tras un examen psicosocial que le practicó el Instituto de Medicina Legal en el cual se dictaminó que el imputado tiene un cuadro de ansiedad a raíz de la detención provisional en la que ha estado, además se determinó que no presenta ninguna conducta violenta.

Flores Castro es procesado junto a otros 14 policías, entre ellos el inspector Pablo Antonio Estrada Villalobos, quien la noche y madrugada de los hechos estaba de oficial de servicio.

Están además, Edgardo Alfonso Chavarría Castillo, alias, “Jolota” y Edwin Isaac Esquivel Chávez, por encubrimiento, ya que junto al exagente de la PNC de Ahuachapán, Carlos Alberto Flores Hernández, deportado de Estados Unidos, ayudaron al exagente de dicho grupo élite, Juan Josué Castillo Arévalo, de indicativo “Samurai”, para salir de San Salvador rumbo a San Francisco Javier, Usulután, el 29 de diciembre de 2017, a las 6:40 de la tarde, luego de dispararle y desaparecer el cuerpo de Carla Ayala.

Otros procesados son: los agentes del extinto GRP, Alex Obdulio López Martínez y Salvador Enrique Chávez, por incumplimiento de deberes.

La agente Ayala llegó la noche del 28 de diciembre a una fiesta navideña en la base del entonces Grupo de Reacción Policial y la madrugada del 29 del mismo mes murió tras recibir un disparo en la cabeza que supuestamente le propinó el prófugo Castillo Arévalo al interior de una patrulla.