Los ataques a agentes de la Policía Nacional Civil han resurgido en los últimos días, dejando a varios de ellos muertos y otros tantos heridos. Los ataques armados contra las autoridades son inaceptables y toda la fuerza coercitiva del Estado debe caer sobre los responsables de esos hechos.

Es alentador escuchar al director de la PNC decir que la orden presidencial es responder con fuerza esos ataques y al propio mandatario expresar que no habrá tregua hacia esos delincuentes.

El director ha señalado que la corporación policial está desarrollando dispositivos de control territorial en zonas de alto riesgo y de mayor incidencia delincuencial, para localizar e identificar dónde están los cabecillas de las pandillas que podrían ser responsables de los ataques a los miembros de la referida institución. Todo eso es positivo.

La investigación sobre estos hechos para que no queden impunes también es fundamental y una prioridad para que el castigo sea ejemplarizante. Todo atacante de policías, soldados o fiscales debe ser capturado, enjuiciado y condenado con todo el peso de la ley.

Los salvadoreños merecemos seguridad pero también hay que tener claro que el respeto a las autoridades es esencial para que podamos mejorar la situación que vivimos.