Grupos opositores cubanos han convocado este lunes a una serie de marchas de protesta en Cuba. Por supuesto, el régimen castrista que encabeza Miguel Díaz Canel, ha prohibido las manifestaciones y ha amenazado con represión y largas condenas de cárcel a quienes osen reclamar democracia, derechos humanos, libertades o la atención a sus necesidades básicas.

Además, como es costumbre, el régimen comunista ha culpado a Estados Unidos de estar detrás de las manifestaciones, como si la insatisfacción del pueblo cubano pudiera importarse. Durante más de seis décadas, el régimen cubano ha convertido a la isla en una inmensa prisión, donde el espionaje de sus ciudadanos reprime las más mínimas muestras de inconformidad, por eso los cubanos huyen hasta en precarias balsas sobre el mar Caribe, en busca de libertades y de la prosperidad que la dictadura les niega.

El régimen de la isla ha establecido un sistema cruel y despiadado donde es delito ser opositor, pensar diferente, opinar diferente, disentir. Se persigue a defensores de Derechos Humanos, periodistas, mujeres, jóvenes y artistas. El régimen cubano es un maestro de las falacias y la mentira.

Pero el pasado 11 de julio, miles de cubanos se manifestaron espontáneamente por toda la isla y pese a la represión de las fuerzas seguridad y de bandas paramilitares, el pueblo valientemente reclamó lo que durante más de seis décadas se les ha negado. El régimen ha fracasado en todos sus aspectos, excepto en su perversidad. Pero su pueblo busca salir de esa realidad asfixiante y cruel. Por eso marchará hoy a pesar de todas las amenazas. Como bien dijo en una entrevista la bloguera Yoani Sánchez, los cubanos ejercerán hoy su músculo cívico que puede envalentonar a los cubanos y devolverles el músculo cívico.