El presidente saliente Salvador Sánchez Cerén ha sido calificado como “un presidente ausente”. “Es un presidente con muy poca presencia en la vida del país, con pocas respuestas a la problemática de la sociedad. Incluso en estos últimos meses, quien aparece dirigiendo la gestión pública es el vicepresidente”.
El alcalde de San Miguel declaró durante una entrevista de radio, que el presidente de la república “no comunicó” durante los cinco años de gestión y que sus funcionarios nunca atendieron las demandas de los alcaldes. “Cada ministro se convirtió en un mini presidente”.
En el discurso de segundo año de gobierno Sánchez Cerén afirmó que su forma de gobernar era el diálogo, creó tres consejos nacionales: el Consejo Nacional de Educación (Coned), Consejo Nacional de Sustentabilidad Ambiental y Vulnerabilidad (Conasav),y el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y Convivencia (CNSCC); este último se presentó como la instancia que aprobaría acciones consensuadas por distintos sectores para garantizar la seguridad en el país. Los resultados de los Consejos fueron modestos en el caso del Coned y modestísimos en el caso de Conasav, en el caso del CNSCC todo parece indicar que su trabajo ha sido mejor; en enero del presente año, el gobierno saliente firmó un convenio con la Unión Europea (UE) para continuar recibiendo apoyo en la implementación y difusión de prácticas del Plan El Salvador Seguro.
Se dice que Donald Trump es temerario, abrupto y vulgar en su estilo de gobernar, que ha desatado tormentas políticas, por su particular manera de dirigir los Estados Unidos. Sus opositores le critican su falta de tacto para pronunciarse sobre temas sensibles, señalan que no es un líder que hace gala de sensatez y diplomacia, es incongruente, exagerado, agresivo y ambiguo, ultraconservador, emotivo, volátil pero muy hábil para evadir la responsabilidad y atacar a sus detractores.
Llamó “agujeros de mierda” a El Salvador, Haití y varios países africanos, y sugirió que preferiría recibir en Estados Unidos más inmigrantes de Noruega en lugar de los de esas naciones, según informó The Washington Post.
Lo más inusual del estilo de gobernar de Trump es el uso de Twitter: “Es la primera vez que un presidente habla tan intensamente con un tono y evidente arraigo personal, lo hace en caliente y al calor de los acontecimientos”; Trump es el ‘rey’ de Twitter, con cerca de 52 millones de seguidores y cada uno de sus tuits genera una media de 20 mil retuits.
Andrés Manuel López Obrador acaba de cumplir sus primeros cien días de gobierno en México y tiene su modo de gobernar: Según los medios, llega todos los días al Palacio Nacional poco antes de las seis de la mañana, para presidir la reunión con el gabinete de seguridad. En esa misma reunión, secretarios de otras áreas llevan sus asuntos para planteárselos al Presidente, esta es la única oportunidad que tienen para hablar con él.
Diariamente el presidente López Obrador, después de la reunión con el gabinete de seguridad, da una conferencia de prensa entre siete y ocho y media de la mañana.
En fin, la política como ejercicio del poder, es la actividad de los que gobiernan o aspiran a gobernar los asuntos que afectan a un país. Es el eje principal donde se articulan las decisiones de los gobiernos.
Muchos autores han intentado proporcionar a la política un objeto específico. Algunos aseguran que éste es el bien común; otros dirán que su objeto es el Estado o la “máxima institucionalización de una entidad política” (Weber), y finalmente habrá quienes encuentren la especificidad de la política en el poder (Bobbio, Dahl, Duverger). Maquiavelo coincide con estos últimos. “Uno de sus discípulos, Scioppius, hará resaltar que es cosa extraña a la política la afirmación de que el príncipe debe ser piadoso para ganar la vida eterna. Esto corresponde a la teología [... ] la política únicamente ha de investigar los medios por los cuales el poder se adquiere y se pierde”
Por el bien del país ojalá que el estilo de gobernar en el futuro contribuya a resolver los problemas nacionales.