El presidente Nayib Bukele celebra hoy su segundo año en el gobierno, con logros en materia de Seguridad Pública, en la remodelación de hospitales y en el manejo de la pandemia de coronavirus, así como en la estrategia de vacunación.

Sus críticos hacen cuestionamientos por hechos como el del 9 de febrero de 2020 o la destitución de magistrados y fiscal que han causado además un distanciamiento con Estados Unidos, nuestro socio histórico, nuestro socio principal y el hogar de tres millones de connacionales. En los últimos meses incluso se le ha visto un acercamiento con China que también ha generado señalamientos estadounidenses.

También hay críticas en el trato a los medios de comunicación, las restricciones a la información y ha habido dudas sobre su compromiso hacia el Estado de Derecho o el apego a la Constitución. Pero también Bukele ha capitalizado el descontento popular con los partidos tradicionales y ha ganado contundentemente dos elecciones, la presidencial de 2019 y la legislativa de 2021. Hay una enorme cantidad de la población que lo respalda, como muestran las encuestas, y confían en sus decisiones y expresiones.

El Salvador necesita reglas claras, estabilidad y certidumbre para que la recuperación económica que se requiere pueda despegar con fuerza, atraer inversiones, generar empleos, mejorar la recaudación fiscal que eventualmente pague por los proyectos sociales y mejore la seguridad pública por la que tanto ha sufrido la población salvadoreña por décadas. Esperemos que los tres años siguientes tengan esos objetivos claros y mejoren la vida de los salvadoreños.