Además de la comunión, para las visitas de oración o adoración al Santísimo se evitará la concentración de personas y se prohibirá visitas turísticas a los templos. /DEM


El protocolo de acciones sanitarias que seguirá la iglesia católica al abrir los templos para misas el próximo 30 de agosto, establece la sustitución del saludo de la paz por un gesto y la distribución de la comunión en silencio.

El documento contempla diferentes medidas que deben tomar los fieles católicos y los sacerdotes antes, durante y al finalizar las misas, con el objetivo de evitar que se propague el virus SARS-CoV2, mismo que ocasiona la infección de covid-19.

Según el documento, “el saludo de la paz, que es facultativo, se sustituirá por un gesto evitando el contacto directo” entre los fieles católicos ante el riesgo de la enfermedad.

El sacerdote, por su parte, celebrará la eucaristía con mascarilla y únicamente podrá quitársela para predicar y comulgar. En ese sentido, el padre se desinfectará las manos antes de iniciar la misa y para distribuir la hostia, misma que deberá entregar con la mascarilla puesta y guardando el distanciamiento con la feligresía.

“El diálogo individual de la comunión (“El Cuerpo de Cristo”, “Amén”), se pronunciará de forma colectiva después de la respuesta “Señor no soy digno...”, distribuyéndose la eucaristía en silencio”, explica el protocolo.

Asimismo, menciona que “los fieles llegarán a recibir la comunión con la mascarilla puesta y guardando el distanciamiento con los demás”.

“Recibirán la comunión en su mano y la llevarán a la boca levantando la mascarilla por ese breve momento”, agrega.

El protocolo también contempla que el bautismo debe ser un rito breve y que para la confirmación se tiene que utilizar un algodón o un hisopo, mientras que para la celebración de matrimonio los anillos o las arras deberán ser manipuladas exclusivamente por los contrayentes.