El diario español ABC inició una investigación periodística en torno a un grave incendio que arrasó el pasado viernes un almacén donde se guardaba toda la infraestructura del sistema electoral venezolano, y que en media hora desaparecieron 49.408 máquinas de votación, 400 papeletas electrónicas, pantallas táctiles con las caras de los candidatos y 49.323 lectores de huellas.

El gobierno del presidente Nicolás Maduro salió al paso y tildó el incidente como “sabotaje de la oposición”; pero el diario español ABC señala que el Gobierno de Maduro estaría detrás del incendio para poder reemplazar toda las máquinas por unas nuevas creadas por el régimen, y para la perpetuar su mandato.

En 2013 cuando Maduro casi pierde las elecciones contra Henrique Capriles, por una diferencia de 230.000 sufragios, la primera orden que dio fue la de implementar un nuevo sistema de votación. Una plataforma que garantizara la supervivencia de la revolución que había heredado.

Pero no fue hasta 2017 cuando Smartmatic denunció el fraude en los resultados de la Asamblea Nacional Constituyente que se trabajó en un nuevo sistema. En aquel momento el Gobierno expropió toda la infraestructura que la multinacional había montado en Venezuela, desde los centros regionales que servían como soporte durante los proyectos electorales hasta los servidores, y se los regaló a ExClé, empresa responsable de la base de datos de huellas dactilares de los venezolanos.

Con el paso del tiempo, y el deterioro de la popularidad del madurismo, ExClé se convirtió en una pieza fundamental del ajedrez político venezolano que hoy, aunque parezca atascado, tiene vía directa con el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el partido de Gobierno. Tanto así que reporta y responde al Ejecutivo en más ocasiones que la estatal PDVSA.

La relación de ExClé con el Gobierno nacional comenzó en 2006 y mientras ExClé subía en la lista de preferencias del madurismo, el mayor Carlos Quintero, ingeniero de sistemas, y asignado al Consejo Nacional Electoral en 2004 directamente por Hugo Chávez, también ascendía dentro de la estructura del organismo electoral.

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Esa relación facilitó en 2013 que el mandatario venezolano, amenazado en peder fuerza electoral, pidiera una plataforma tecnológica para salvar la revolución.

Entendiendo la gravedad del asunto, El Aissami, reúnió frente a frente a Maduro y Quintero, quien a partir de ahí comenzó a reportarle directamente al presidente.

 

El pedido de Maduro

El militar Quintero encargó por orden de Maduro modificar el software original de Smartmatic. Según ABC se llevaron algunas máquinas a Buenos Aires y desde las oficinas de ExClé, que lidera el hermano de Guillermo San Agustín, Eduardo San Agustín, buscaron una solución técnica a la delicada situación política de Maduro.

Probablemente en las elecciones regionales de 2018 utilizaron este software modificado. Sin embargo, no pudieron cambiarlo completamente.

Ante la creciente presión internacional por realizar elecciones presidenciales, Maduro ordenó que ExClé creara un nuevo software desde cero, y según fuentes de ABC el siniestro estaría ligado a la llegada de un nuevo equipo a la medida de la victoria que busca Maduro.