Es necesario que hagamos una reflexión profunda sobre lo que está ocurriendo con relación al nombramiento de los nuevos magistrados del Tribunal Supremo Electoral, ya que con gran asombro hemos visto cómo algunos de los actuales magistrados han tenido el descaro de postularse para la reelección, y el sólo hecho de manifestar su intención reelegirse y haber participado y aparecido en la lista, por ejemplo, que ha mandado la Corte Suprema de Justicia, es sencillamente inaceptable y repugnante. Ya en un artículo anterior señalé que no era posible el hecho de que alguno de los actuales magistrados del TSE intentase siquiera reelegirse para el cargo, es total y absolutamente inaceptable, y por ello vuelvo a hacer un llamado público a todas las instituciones públicas y privadas, y en especial a la Asamblea legislativa, a que, por ninguna razón y bajo ningún motivo o circunstancia, vayan siquiera a tomar en consideración cualquier candidatura a la reelección de los actuales magistrados, pues como yo señalé en un artículo anterior, el daño que estos pseudo magistrados le han causado a la institucionalidad democrática del país es sencillamente incalculable y de proporciones indescriptibles, cuando tanto nos había costado avanzar en términos de Estado de Derecho en este país. Asimismo han sido incompetentes esos magistrados que no han sabido estar a la altura de los eventos electorales, y por ello hemos tenido en los últimos años los calamitosos y mediocres resultados que hemos tenido.

Repito, no es posible que los actuales pseudo-Magistrados del TSE, aparezcan con el más mínimo de los favores políticos que puedan surgir a la hora de la elección, y además no es posible que estos pseudo-Magistrados puedan ser siquiera tomados en cuenta, mínimamente. Por ello, la voz popular debe alzarse y debemos exigir como ciudadanos responsables que queremos lo mejor para la justicia electoral así como el bien de la administración electoral, que ninguno de estos Pseudo-Magistrados pueda ser reelecto. Probablemente y hasta cierto punto el Magistrado Miguel Cardoza ha mostrado algún grado de compromiso con la justicia y la rectitud, razón por la cual quizá sea el único que pudiera tener alguna oportunidad de ser considerado para la reelección.

Por todo lo antes señalado, la Asamblea debe ser extremadamente cuidadosa en la escogitación de los nuevos Magistrados del Tribunal Supremo Electoral, pues estos Magistrados van a administrar las próximas elecciones para diputados y alcaldes y a la vez las próximas elecciones para presidente de la República, lo cual no es poca cosa, pues es algo realmente trascendental lo que está en juego, ya que el sistema electoral es un componente básico y fundamental del proceso político y del sistema político imperante, especialmente en la que se dice ser una democracia representativa, razón por la cual es necesario y obligatorio, que se fortalezca la institucionalidad electoral.

Por ello es repugnante lo que fueron a expresar muchos de los candidatos se postularon por la lista que mandó la Corte Suprema de Justicia, y que algunos son empleados del mismo TSE, en el sentido que fueron a decir que no era necesario separar las funciones jurisdiccionales de las administrativas en el TSE, cosa que estoy seguro dijeron con el único objetivo de ganar apoyos, pues todos estamos claros y sabemos que la administración de Justicia corresponde única y exclusivamente al órgano judicial y por tanto la administración electoral es la única parte que debe quedar en manos del ente rector electoral, ya que la administración de Justicia es demasiado trascendental, demasiado técnica-jurídica, como para que pueda ser administrada por quienes carecen de las condiciones de tiempo y formación para administrar Justicia Electoral, por lo que la Asamblea Legislativa debe eliminar también la posibilidad de que quienes se han postulado para el cargo de magistrado en las listas por la Corte Suprema de Justicia, a aquellos que han manifestado burda e interesadamente que no es necesario separar las funciones jurisdiccionales de las funciones administrativas del ente electoral, pues ello indica que están más comprometidos con sus intereses y los de otros, que con los intereses del país y de la Institucionalidad Democrática.

Finalmente quiero instar a la asamblea legislativa a que cumpla con lo señalado en la Constitución de la República en cuanto a los tiempos para la elección de los magistrados del Tribunal Supremo Electoral en tiempo, esto es antes que termine el último día de julio, para que pueda haber una sucesión ordenada, constitucional y coherente en el organismo electoral, hoy por hoy, tan desacreditado y desprestigiado.