Marina de la Cruz Portillo laboró por 21 años en el ISSS. En marzo su foto se desplegó en la plaza de la salud en una exposición a la que acudió su padre y su familia.


Elsa Marina de la Cruz Portillo, era una enfermera que trabajaba en la unidad médica del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) en San Vicente, entregada a la profesión y dedicada a brindar su conocimiento en el área materno infantil, ofrendó su vida por cuidar a los demás en medio de la pandemia por covid-19.

De la Cruz Portillo fue una mujer decidida , y desde muy joven sabía qué quería; su hija Massielle de la Cruz, relató cómo su mamá fue el reflejo de una profesión tan noble como la enfermería, a tal grado de ayudar a los demás aunque “esa no fuera su área”.

“Las dos fuimos siempre bien decididas y nunca vimos otra opción en nuestras carreras, sino que ella me contaban que siempre se vio ejerciendo la enfermería, y que le gustaba el uniforme blanco, verse bien pulcra, y a ella siempre le llamó la atención la enfermería, nunca fue como decidir si estudio esto o lo otro”, indicó de la Cruz.

“Marinita”, como le gustaba que la llamaran, se graduó del Instituto Tecnológico Escuela Técnica para la Salud un 23 de enero de 1990, llegando al área de la salud en uno de los puntos más cruciales de la historia salvadoreña, la guerra civil.

Massielle de la Cruz sostiene una foto de su mamá, el día de su graduación.


Massielle relata que su madre manejaba jeeps durante esa época e incluso, cuando estaba embarazada de ella lo hacía, pues en ese periodo formó parte de los promotores de la Asociación Demográfica Salvadoreña.

Posteriormente, en el año 1999 comenzó a trabajar en el ISSS hasta el 2020 cuando falleció a causa del virus.
“Fue una madre bastante entregada, y nunca me regañaba y la ventaja de tener como la enfermera en casa que no había que andar en consultas”. Masielle de la Cruz, hija de enfermera

Dedicación durante el covid-19.


De la Cruz Portillo laboró durante la época de la pandemia en el área materno infantil de dicha unidad de salud, su lugar de trabajo favorito, y en el mes de julio dio positivo a covid-19.

Massielle relata que un 4 de julio su mamá empezó con síntomas y un 5 de julio le tomaron la prueba a Massielle, pues en ese momento era estudiante de medicina y realizaba su servicio social, y el 6 de julio le toman la prueba a su madre, pero precisamente ese día la incapacitaron por que su salud presentó un retroceso.

La salud de esta enfermera decayó y fue trasladada al Hospital El Salvador, donde tras 17 días, el 22 de julio del 2021, perdería la batalla contra el covid-19.


Legado.


Massielle destacó que el legado más fuerte que le deja su madre es la responsabilidad y la entrega al trabajo amando la medicina, y aunque aceptó no haber heredado sus dotes con la costura (pues amaba bordar ropa para niños pequeños y regalar sus creaciones), sí continúo con su labor en la rama de la medicina.

“El sentido de la responsabilidad, de la entrega hacia el trabajo, porque ella decía “de qué sirve que estudies esto si le vas a hacer mala cara a un paciente”, “ellos ya vienen con su problema de salud y que le salgas con la cara mala”, su humanidad, su alegría, (la caracterizaba)”, puntualizó de la Cruz. 296 días han pasado desde que “Marinita” ofrendó su vida, siendo recordada por sus pacientes, sus compañeros de trabajo y sobre todo su familia, dejando un legado de vida para Massielle, quien con ojos cristalizados aceptó que su mamá “era su mejor amiga, su confidente y su apoyo”.