La decisión del Ejecutivo de subir el monto del subsidio para la compra de cilindros de gas licuado de petróleo (GLP) -de $5 a $8.04 por tambo- beneficia principalmente a la población residente en núcleos urbanos.


Según los datos de los Centros del Centro de Atención por Demanda (Cenade) el programa de apoyos alcanza a poco más de un millón de personas de las que solo un 35 % vive en zonas rurales, es decir unas 350,000 familias.


El incremento en el monto de las ayudas para la compra de GLP ocurrió el fin de semana tras un aumento en el precio elevó el valor que paga el consumidor final a niveles que no se veían desde 2014, cuando el cilindro de 25 libras, el de más demanda del mercado, costó (en promedio anual) $13.14.


Las variaciones en el mercado internacional en enero provocaron un incremento que impulsó el costo del cilindro de 25 libras hasta los $12.39 (sin subsidio).


El Cenade revela también, en promedio, el costo mensual del subsidio fue de $5.83 millones en 2020, mientras que en todo el año el programa demandó de $70 millones.











El subsidio del tambo de GLP se fondea, en parte, con el Fondo de Estabilización y Fomento (FEFE) que carga $0.16 a la venta de cada galón de combustibles en gasolineras.



Un análisis sobre el impacto de los esquemas de subsidio en El Salvador elaborado por el Ministerio de Hacienda en 2019 identificó que los hogares beneficiados en condición de extrema



pobreza eran cerca de 70,000, mientras que los hogares en condición de pobreza relativa alcanzaron los 240,000.


Esta semana el Ministerio de Economía anunció que reforzó los controles para mantener el peso y los valores autorizados para la venta final del producto.


La ministra del ramo, María Luisa Hayem, dijo en cuenta en Twitter que están verificando que los distribuidores cumplan con las tarifas de uno de los pocos productos que están regulados en el mercado salvadoreño.


El esquema de subsidios para el GLP fue revisado en 2014, cuando se puso en marcha el esquema de la tarjeta solidaria como medio para comprar el gas y llevar un mejor control del beneficio y garantizar la sostenibilidad financiera del programa.


Sin embargo, en 2018 se ejecutó una nueva revisión para restringir el acceso del beneficio a los sectores con mayor capacidad adquisitiva y enfocarlo en las familias de bajos ingresos, aunque se dejó abierto el beneficio para negocios de subsistencia (pupuserías y tortillerías, entre otras).



Cuatro casos en los que aplican a las ayudas del GLP



  1. Personas en vulnerabilidad: Hogares de limitada capacidad adquisitiva. El registro se puede hacer en los Cenade, disponibles en los 14 departamentos.

  2. Negocios: Aplican los de subsistencia como pupuserías, tortillerías o panaderías, además de otros ubicados en mercados o alrededor de estos.

  3. Escuelas: Aplican centros escolares y complejos educativos públicos que forman parte del programa de alimentación del Ministerio de Educación.

  4. Otros casos: También centros de asistencia sin fines de lucro que preparan alimentos para personas en situación vulnerable, acreditados por Gobernación.