La adopción de más capacidad tecnológica y de valor agregado a la oferta exportable, en particular de la industria manufactura, son claves para reducir el déficit comercial, el cual merma el crecimiento económico en El Salvador, determinó una investigación de la Red de Investigadores del Banco Central de Reserva (Redibacen).

Este estudio analizó el crecimiento económico en El Salvador a partir de las restricciones en la balanza de pagos y cómo impacta en el comportamiento del Producto Interno Bruto (PIB), relacionado con un entorno competitivo del sector externo, explicó Luis Adalberto Aquino, asesor económico de la Presidencia del Banco Central de Reserva.

La balanza de pagos registra todas las transacciones financieras de compra y venta de bienes y servicios en el exterior que realiza un país durante un período determinado. Lo ideal en una economía es que las exportaciones crezcan más que las importaciones. Cuando ocurre lo contrario, se crea un déficit comercial, que en El Salvador ronda el 19 % del PIB.

La investigación de Redibacen determinó que “hay una creciente” elasticidad en el ingreso de las importaciones, tanto de bienes y servicios. Sin embargo, se muestra una débil respuesta en las exportaciones y se traduce a que “el producto de la economía doméstica crecerá a un ritmo menor que del resto del mundo”.

El último informe de comercio exterior de BCR indicó que las exportaciones salvadoreñas, entre enero y abril de este año, acumularon $2,002.9 millones. Las importaciones en ese mismo período fueron de $3,718.5 millones, es decir, $1,715.9 millones más que las ventas al exterior.

 

Elasticidad en los ingresos

Aquino, encargado de la investigación, enfatizó que para mermar ese déficit, la industria manufactura juega un rol elemental y para ello las empresas deben encontrar su punto óptimo de producción. Esto significa, detalló, cómo la incorporación de insumos a la material prima o mano de obra no se convierten a su vez en un aumento en los costos de producción.

Para evitar ese incremento, el economista recomendó la adopción y desarrollo de una mayor capacidad de tecnología para una producción eficiente y de valor agregado. Además, consideró necesario elaborar una estrategia enfocada en los mercados externos y que incluya una canasta exportable “elástica” a la demanda global y doméstica.

“Se requiere de un sector manufacturero que tome ese rol, de ser un sector clave de la economía (…). Un sector que tiene más encadenamientos, está más relacionado con otros sectores que le proveen de insumos pero a la vez le vende su producción a otros sectores, cuando la industria crece hace crecer ambos”, agregó.

El economista enfatizó que, en la medida en que el país eleve su volumen de exportaciones, se dará una reducción de los costos unitarios de producción. Luego, agregó, se aumentará el crecimiento de la productividad hasta llegar a mayor desempeño del crecimiento del PIB.

Además, este estudio incluyó el cálculo del PIB con el nuevo Sistema de Cuentas Nacionales (SCN), aplicado por el BCR desde marzo pasado, y encontró que la tasa de crecimiento en 2017 con restricción externa rondó el 2.2 %, similar a las estimaciones realizadas al PIB potencial.