Por tercer año consecutivo, El Salvador reprobó el indicador de control de la corrupción que mide la Corporación Reto del Milenio (MCC, por su sigla en inglés), uno de los requisitos indispensables para mantener la donación de esta agencia estadounidense y para optar a nuevos fondos de cooperación.

La Corporación divulgó ayer los puntajes de cada país para el año fiscal 2020 en 20 indicadores, “un componente clave en el proceso de selección competitiva anual de la MCC que determina qué países pueden ser elegibles para recibir fondos de desarrollo”, indicó la Embajada de Estados Unidos en El Salvador, a través de un comunicado.

La MCC es una institución adscrita al Congreso de Estados Unidos que ejecuta una inversión de $365 millones para los proyectos de Fomilenio II en El Salvador, de los cuales $277 millones son fondos no reembolsables, más una contrapartida de $88 millones del Estado salvadoreño.

Un grupo de 72 países aspirantes o beneficiados con una donación de la MCC, incluyendo El Salvador, se sometieron a la evaluación anual que consta de 20 indicadores, elaborados a partir de datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Mundial, Freedom House y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

A partir de los datos recopilados hasta el 31 de diciembre de 2018, solo 63 países fueron considerados “elegibles” dentro de los parámetros de la MCC, al lograr resultados satisfactorios en al menos la mitad de los indicadores. El Salvador, que cumplió con 13, logró aprobar el examen pero reprobó una vez más el control de la corrupción, que, junto a los derechos democráticos, es de obligatorio cumplimiento.

 

Fondos en riesgo

Según los estatutos de la MCC, un país puede perder la cooperación del organismo por fallar en las responsabilidades acordadas en la ejecución de compactos previos; estar involucrada en actividades que atenten contra la seguridad nacional de Estados Unidos; o bien, tener un patrón de acciones inconsistentes con la elegibilidad de criterio de la junta directiva.

Desde que El Salvador firmó Fomilenio II en 2014, el país cayó 24 puntos porcentuales en el combate a la corrupción. En la última evaluación, el país logró una puntuación de 41 % en este indicador, frente a un 65 % registrado en 2014.

Las cifras negativas iniciaron en 2018, cuando el país cayó a 47 %. La evaluación mejoró un 1 % el año pasado cuando el país se apuntó un 48 %, y decayó nuevamente de cara al año fiscal 2020, con la nota más baja en este indicador históricamente.

Esos resultados se elaboran a través de los Indicadores de Gobernanza Mundial (WGI) del Banco Mundial, que reú­nen la percepción pública, de negocios y expertos sobre cómo se ejerce el poder en beneficio de privados, élites o grupos de interés.

Otros indicadores reprobados por El Salvador son el Estado de Derecho, protección de recursos naturales, tasa de inmunización, acceso a la educación para las mujeres, el apoyo a nuevos negocios, y la efectividad del gobierno, por primera vez en rojo.