Saraí López, una joven de 24 años de edad, habitante de Mejicanos y empleada de un negocio de sorbetes, sostiene que una de sus aspiraciones más grandes es migrar a Panamá, ya que considera que podría realizar el mismo trabajo pero con un mejor salario.

La razón que la motivó es que quiere “prosperar y comprar una casita” sin tener que “estarse matando para tener una comisión”. López asegura que no migraría a Estados Unidos porque ahí las personas tienen más obstáculos.

En Mejicanos, el 29 % de mujeres y el 35 % de hombres quiere migrar, según el informe de El Salvador Cómo Vamos.

Anderson David, de 19 años, afirma que por las noticias que lee en los periódicos y en las redes sociales, no tienen la voluntad de salir del país. “Por mi mente no pasa eso, peor por bajo”, dice, refiriéndose a la trayectoria terrestre a Estados Unidos.

David dice que otro de los motivos por los que no migraría es que uno de sus mejores amigos trató de llegar a Estados Unidos en dos ocasiones y gastó el único dinero que tenía sin haber migrado. Por ello, prefiere trabajar en el país aunque sea en un trabajo informal.

Una queja en Mejicanos es la falta de espacios: 29 % está insatisfecho con plazas y parques, y 27 % con el espacio en general según el informe de El Salvador Cómo Vamos, índices mayores que los municipios de San Salvador y Santa Tecla.

Edgar Morales, de 55 años, tiene un parque cerca en la residencial Lincoln pero “nadie lo va a podar”. Afirma que la directiva ha realizado cartas pero no tienen respuesta. Antes, dice, él contaba con 33 equipos de fútbol donde participaban niños y jóvenes pero desistió por falta de un espacio adecuado.