Sr. Embajador de España, Carlos de la Morena Casado.


Hoy 12 de octubre, España celebra su Fiesta Nacional, que simboliza la efeméride histórica de un país que, partiendo de la pluralidad cultural, supo integrar los diferentes reinos de España bajo una misma monarquía, convirtiéndose más tarde en un único Estado. España fortaleció así su proyección más allá de nuestras fronteras, lo que condujo al encuentro de dos mundos desconocidos entre sí, hasta entonces.

Los profundos vínculos culturales, históricos e incluso familiares que unen a españoles y salvadoreños son verdaderamente singulares. Los españoles sólo podemos pensar en Iberoamérica en términos de hermandad y como parte de nuestra identidad. Por ello nos sentimos tan cerca de El Salvador y del resto de países iberoamericanos, formando una comunidad de más de 350 millones de habitantes, unida por una cultura, un idioma y por principios y valores comunes.

En España, en El Salvador y en el resto del mundo se produjo, el año pasado, el estallido de una pandemia que nos ha trastocado la vida tal y como la conocíamos. En mi país, la campaña de vacunación se inició el 27 de diciembre de 2020. A 6 de octubre de este año se habían administrado más de 70 millones de dosis, lo que supone que casi 37 millones de españoles tienen ya la pauta completa, un 87,4% de la población mayor de 12 años de edad. En España, al igual que en El Salvador, hemos empezado ya la aplicación de la tercera dosis de refuerzo.

En el ámbito económico, hoy España está en una coyuntura muy distinta a la de hace poco tiempo, cuando en el 2008 estalló una grave crisis económica, Actualmente, la economía española crece y lo hace por encima de la media europea. La política económica del gobierno durante los últimos años, que ha supuesto sacrificios a la sociedad, está dando sus frutos. Se están corrigiendo los principales desequilibrios y mejoran los indicadores apuntando a un nuevo ciclo. El sistema productivo español está cambiando a un nuevo modelo basado en la competitividad y España ha recuperado la confianza de los mercados como lo confirman los informes de los organismos multilaterales. No obstante, somos conscientes de que las crisis son cíclicas, por lo que España va a continuar aplicando reformas para afianzar mejoras relevantes, en una coyuntura como la actual, castigada por la pandemia.

Con El Salvador seguimos estando donde nos es natural: es decir en la amistad, el entendimiento, la cooperación y todo ello sobre la base del afecto mutuo. Seguimos considerando a este país prioritario para nuestra cooperación, mantenida desde 1986 cuando acudimos a colaborar con ustedes para tratar de minimizar las consecuencias del terremoto que trágicamente les golpeó ese año.
Como Embajador de España he apreciado, junto a mis colaboradores diplomáticos, los integrantes de la Oficina Técnica de Cooperación, del Centro Cultural, Consejería de Interior y Agregaduría Comercial, la buena sintonía y colaboración que la Embajada mantiene con sus contrapartes de los ministerios y otras instituciones del Estado, así como con la sociedad civil en su conjunto. Seguimos trabajando, codo con codo, en los retos existentes, entre los cuales se podrían destacar el fortalecimiento de la gobernanza, de la justicia, del desarrollo local y rural, de la seguridad o la lucha contra el COVID-19.

Además, en el ADN de la España está la protección y defensa de los derechos de la mujer y la primera infancia en los que estamos trabajando en muy buena sintonía a nivel institucional y con la excelente y siempre amistosa colaboración de la Primera Dama. Según cifras de la OCDE España es el segundo país con mayor cooperación en El Salvador a lo que hay que sumar nuestra importante contribución a la cooperación conjunta de la UE.

España, junto con El Salvador, apuesta asimismo por el proceso de integración regional en Centroamérica con el Fondo España-SICA. La razón por la que apoyamos la integración centroamericana es muy simple: los españoles somos conscientes de los grandes beneficios que para nuestro país ha supuesto el proyecto de integración europeo, iniciado hace ya más de medio siglo. Esta política se traduce hacia el interior de la Unión, en la búsqueda de una Europa más integrada, más justa y más legítima ante los ciudadanos, intentando garantizar en el interior y promoviendo en el exterior, el respeto a la democracia, el Estado de Derecho, las libertades fundamentales y la independencia judicial. Todos ellos pilares básicos para cualquier país que pretenda avanzar en la senda democrática. Es cierto que Europa ha sufrido diversas crisis, pero las ha superado con mayor integración y reformas democráticas que la refuerzan.

Hemos visto en los últimos tiempos el progreso de las relaciones económicas y comerciales entre España y El Salvador, cada vez más diversificadas y con un intercambio comercial creciente. Nuestro interés es que los inversores españoles continúen considerando a El Salvador como un país atractivo para invertir. Estamos trabajando en ello. De hecho, mi país dedica más de 1.300 millones de dólares a inversión directa en El Salvador.

Tenemos una importante colectividad española en este país. Me consta su perfecta integración en esta acogedora sociedad y su contribución al desarrollo de la misma. Deseo mencionar expresamente al conocido y célebre Centro Español, que es una Asociación de Beneficencia que trabaja en pro de los españoles y de los salvadoreños desde su fundación en 1891. Otra gran institución, es la Cámara de Comercio de España en El Salvador, que lleva más de 57 años acercando a las empresas de ambas orillas del Océano Atlántico.

Quisiera aprovechar estas líneas para enviar un muy afectuoso saludo a todos los españoles que viven en este maravilloso país. Cada uno, dedicándose a sus propios quehaceres personales o profesionales, son la llama viva de ese sentir español junto a un pueblo tan querido como es el salvadoreño. Quisiera hacer una mención especial a nuestros cooperantes, hombres y mujeres que realizan una labor humana y de gran profesionalidad en beneficio de este país.

Al otro lado del Atlántico, están los miles de salvadoreños residentes en España que son bienvenidos y también dan un significado especial a esta relación. Le agradezco a la diáspora salvadoreña en España su esfuerzo y constante sacrificio y les traslado un mensaje de cercanía y amistad del pueblo y del gobierno español.

Les reitero que la Embajada que tengo el honor de dirigir, al frente de un muy dedicado y profesional equipo de diplomáticos, funcionarios y personal contratado, estamos aquí a su disposición y para seguir construyendo con entusiasmo la mejor relación entre El Salvador y España. ¡Felicidades a todos! ¡Viva España! ¡Viva El Salvador!