Estamos a 12 meses de la conmemoración de los 200 años de la Independencia. El momento es oportuno para iniciar los preparativos para celebrar, como debe de ser, esta efeméride. Tenemos el tiempo suficiente para elaborar juntos un plan de trabajo que permita tener una Visión de País y definir la estrategia para hacerla realidad, a fin de llegar a septiembre 2021 preparados para hacer de esta fecha una oportunidad para reforzar nuestra identidad nacional y sentido de pertenencia.

Es indispensable tener una hoja de ruta de la conmemoración del Bicentenario, que nos ponga a pensar cómo queremos ser los salvadoreños del futuro. Un año es un tiempo corto pero suficiente para elaborar un plan de largo plazo que contenga las políticas nacionales de desarrollo que deberá seguir El Salvador en los próximos diez años. De tal manera que se puedan superar los daños causados por la pandemia y se definan las políticas nacionales de desarrollo para asegurar a todos los habitantes de la República, el goce de la libertad, la salud, la cultura, el bienestar económico y la justicia social.

El primer objetivo del Plan Bicentenario debe ser desarrollar una respuesta y un plan de recuperación ante la COVID-19. Trabajar incansablemente en el fortalecimiento de capacidades del sistema de salud, asumir que por largo tiempo tendremos que convivir con el virus y que serán necesarias muchas medidas, como los diagnósticos tempranos y posteriormente el trabajo para garantizar el acceso a tratamientos y vacunas.

Un segundo objetivo del Plan tendrá que ser enfrentar la pobreza del país, si las proyecciones se cumplen, la pandemia empujara a la pobreza a más de 3.58 millones de salvadoreños. Esto es equivalente al 54 % de la población del país. Se necesitarán medidas inmediatas y de largo plazo en la que todos los actores sociales se deben involucrar y movilizar para hacerlas realidad.

La seguridad alimentaria, una mejor nutrición, y promover la agricultura sostenible deben ser también prioridad. Una reciente evaluación realizada por el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, calcula que con la pandemia el 5% de los habitantes del país estarían en inseguridad alimentaria severa. Los estragos causados por la tormenta tropical Amanda, sumados al impacto socioeconómico que ha dejado la pandemia de la COVID-19, incrementarán el número de personas en inseguridad alimentaria en El Salvador.

Garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa, y promover las oportunidades de aprendizaje permanente para todos, es indispensable. Asumiendo el reto en lo inmediato de garantizar la continuidad educativa en 2020 y preparar las condiciones para regresar con seguridad a la escuela en el próximo.

El acceso a una educación de calidad es un requisito esencial para lograr el desarrollo humano, y constituye la base para la superación individual y el éxito económico de las personas y del país.

En lo cultural y académico las instituciones de todos los niveles educativos del país deberían elaborar proyectos editoriales, conferencias, festivales con la finalidad primordial de fortalecer la identidad nacional. Un primer paso sería organizar la Cátedra del Bicentenario entendida como un espacio de reflexión en el que historiadores, economistas, sociólogos y politólogos analicen los distintos momentos de nuestra historia republicana a partir de la realidad actual.

La consolidación de la institucionalidad democrática y promover la participación política de la ciudadanía tiene que ser una tarea inmediata del Plan Bicentenario. Estamos en medio de una coyuntura electoral decisiva: La forma en que se gobernará el país, la división de poderes, el sistema de pesos y contra pesos, la elección de funcionarios de segundo grado está en juego. Motivar a la ciudadanía a participar responsablemente en las elecciones 2021 es clave.