La policía militar camina por una carretera desde Ciudad Hidalgo hasta Tapachula, estado de Chiapas, México, este jueves, mientras se lleva a cabo una caravana de inmigrantes hondureños que se dirigen a los Estados Unidos./AFP.


Cientos de migrantes centroamericanos que este jueves ingresaron a México desde Guatemala en su camino hacia Estados Unidos aprovechando la ausencia de fuerzas del orden en la frontera avanzan por hacia un control de seguridad desplegado por el gobierno mexicano.

Los migrantes lograron cruzar a territorio mexicano durante la madrugada desde la localidad guatemalteca de Tecún Umán con la consigna de marchar pacíficamente y la petición de que el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador los escuche.

Sin embargo, un equipo de la AFP observó kilómetros adelante, en un cruce carretero, el despliegue de al menos 300 guardias nacionales y varios autobuses del Instituto Nacional de Migración, que se utilizan regularmente para trasladar a los migrantes indocumentados y proceder a su deportación.



"Hemos entrado de forma pacífica, estamos dispuestos, que el Instituto de Migración o el gobierno nos apoye extendiendo un permiso para pasar por lo menos (a los estados sureños de) Chiapas, Oaxaca para trabajar", dijo a la AFP un joven centroamericano, que rechazó identificarse pero que ha asumido una suerte de liderazgo de la caravana.

La AFP constató que entre los migrantes se distribuyeron documentos para solicitar refugio en México, aunque no tenía membrete oficial.



Unos kilómetros antes de este cruce, los migrantes improvisaron un campamento, donde llegaron oficiales que se presentaron como parte del cuerpo de Migración y de la Comisión de Refugiados y les ofrecieron abordar autobuses para trasladarlos a otro sitio donde presentar sus solicitudes.

Los migrantes rechazaron la oferta y entre ellos advertían que preferían permanecer en el sitio para pernoctar.

"Queremos hablar con el presidente López Obrador directamente", se leía en una enorme pancarta de tela que se destacaba en la larga columna, mientras otros mostraban las banderas de sus países.

La multitud atravesó sin contratiempo el río Suchiate, frontera natural entre Guatemala y México y que en esta época del año es poco caudaloso.

En pocos minutos alcanzó una carretera que conduce de Ciudad Hidalgo, en el estado mexicano de Chiapas (sur), a la ciudad de Tapachula. Había presencia de algunas patrullas, pero sin detener el avance del grupo.



El lunes pasado, unos 500 migrantes consiguieron cruzar a México por la misma zona, a pesar de los gases lacrimógenos que les lanzaban guardias nacionales, a quienes respondieron arrojando piedras. Pero ese grupo fue detenido más tarde en un control de carreteras.