El picante que faltaba para darle más sabor insoportable a la migración centroamericana hacia el Norte le ha correspondido ponerlo al presidente de México Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien para evadir la imposición de aranceles gravosos a las exportaciones de su país, anunciados por el presidente Trump, ni tardo ni perezoso destinó tropas pertenecientes a la “Guardia Nacional”, las cuales ha enviado a detener, mediante operativos violentos, la travesía dolorosa de migrantes centroamericanos, hasta el punto de revisar a “La Bestia”, el famoso tren fatídico usado para cruzar a suelo estadounidense, efectuando numerosas deportaciones.

El uso del ejército de aquel país hermano en labores migratorias, constitucionalmente está prohibido, tanto a nivel estatal como federal, lo cual generó repulsa general entre los habitantes mexicanos contra la decisión de AMLO por sumarse a la política represora de Trump, utilizando una denominación improvisada que permite destinar militares a labores de gendarmería fronteriza, para las cuales no estaban preparados ni autorizados, que ha devenido en diversos abusos de fuerza y autoridad que ya comenzaron a ser publicados. Incluso, ciertos columnistas del importante periódico californiano “La Opinión” han llamado a AMLO “como el mejor policía migratorio de los Estados Unidos”, calificativo que aunque duro, retrata la complejidad de enfrentar un problema que se origina en nuestros patios, al que nunca se le quiso dar un tratamiento adecuado por parte de Centroamérica como un todo, especialmente los gobiernos firmantes del llamado “Triángulo del Norte”, donde resultamos ser unos pueblos que desaprovechamos la ayuda benéfica que, por años, nos concedió la nación estadounidense, para mejorar nuestra infraestructura vial, la seguridad pública y capacitarnos lo suficiente para aumentar los rendimientos en varios rubros productivos, bases esenciales para evitar las migraciones irregulares hacia otras naciones. Hoy, los fantasmas oprobiosos de la corrupción se miran deambular por los pasillos de los tribunales de Guatemala, Honduras y El Salvador, por indicios de malversaciones de esa ayuda que, por más de una década, llegó sin beneficio social.

Seguramente, el proceder mexicano nos duele mucho más, que el actuar de Trump. En especial, para los salvadoreños que, por razones étnicas y culturales ancestrales, estamos mucho más identificados con México, que con cualquier otra nación cercana. La historia precolombina salvadoreña está plena de acontecimientos y conquistas, que se originaron desde el Anáhuac mexicano hacia Cuzcatlán o Nequepio, como fue conocido El Salvador. Luego, fuimos un factor para que cayera el imperio de Iturbide, al ser los únicos en oponer resistencia para ser anexados, poco después de lograrse la independencia del Istmo. La primera estación radial salvadoreña (y centroamericana), fue regalo de un presidente mexicano al Dr. Alfonso Quiñónez Molina, mandatario nuestro. Muchos artistas plásticos y escritores estudiaron o residieron en tierras mexicanas; y, entre nosotros y ellos, mexicanos y salvadoreños, existen lazos familiares, profundos, de larga data y muy amados, sin perder de vista que tradiciones cuzcatlecas tienen sus antecedentes en la cultura azteca, incluso los nombres de muchísimos municipios y el idioma pipil que hablan aún nuestros pobladores originarios. Lo realizado por AMLO contra nuestros migrantes irregulares, es solo una sombra pasajera, que nunca opacará el afecto hacia México.

Precisamente, en los estados norteños de México, fronterizos con Estados Unidos, donde se concentra el problema de la migración irregular, ha surgido una luz de esperanza para los centroamericanos que permanecen por esos lares: un grupo numeroso e importante de empresarios mexicanos, ofrece un cartapacio laboral inicial de 20 mil plazas en la producción textil, a los centroamericanos migrantes. Y esa perspectiva, reiteraron, podría incrementarse hasta las 50 mil plazas en el mismo rubro, para el cual, los mexicanos no tienen mucha inclinación como nosotros. Dicho en palabras más sencillas: nuestro hermano México nos ofrece ahora la oportunidad de alcanzar “el sueño mexicano”, con similares o iguales ventajas de crecimiento personal en la Patria de Hidalgo, Morelos y Juárez, con salarios dignos y otras buenas condiciones. Es momento de aprovechar esta oferta…