El gobierno de México rechazó este martes la decisión unilateral de Estados Unidos de devolver a solicitantes de asilo para que esperen la respuesta a sus pedidos en territorio mexicano, medida que ya aplica en Tijuana y que se extendió ahora a la ciudad de Mexicali.

"El Gobierno de México reitera que no coincide con la medida unilateral implementada por las autoridades de Estados Unidos", dijo la cancillería mexicana en un comunicado.

"La medida estadounidense conducirá a que, a partir de esta semana, sean devueltos a Mexicali solicitantes de asilo no mexicanos que ingresaron desde México a Estados Unidos", explicó.

El Departamento de Seguridad de Estados Unidos informó el lunes al Congreso su decisión de extender la implementación de sus "Protocolos de Protección a Migrantes", política bautizada originalmente como "Quédate en México" (Remain in Mexico) por el presidente Donald Trump, a la garita fronteriza que comunica la ciudad estadounidense de Calexico, California con Mexicali, en el estado mexicano de Baja California.

La cancillería detalló que "por razones humanitarias" tanto ellos como el Ministerio de Gobernación (Interior) han mantenido contacto con autoridades estadounidenses para recibir información sobre las personas retornadas, de las que "un número significativo" cuenta con algún tipo de documento migratorio mexicano.

Dicho contacto, agregó la institución, tiene como principal finalidad proteger los derechos humanos de los migrantes afectados.

"Ese intercambio de información no significa en modo alguno que el Gobierno de México esté de acuerdo con las decisiones y acciones tomadas unilateralmente por el Gobierno de Estados Unidos", destacó la cancillería.

Agregó que Gobernación informará al gobierno de Baja California sobre la decisión estadounidense y establecerá contacto con autoridades de Mexicali para que adopten medidas que permitan que los migrantes tengan una estancia segura mientras esperan la decisión final de cortes estadounidenses sobre sus pedidos de asilo.

En enero, Amnistía Internacional acusó a Estados Unidos de violar leyes internacionales al devolver a México a los solicitantes de asilo, una política a la que calificó de "vergonzosa, malintencionada e ilegal" pues, aseguró, pone a gente que está huyendo por su vida en un riesgo aún mayor.

En los últimos meses, miles de migrantes centroamericanos han llegado a la frontera entre México y Estados Unidos en multitudinarias caravanas, huyendo de la pobreza y la violencia que afecta a sus países y viajando así para protegerse de la amenaza de grupos de narcotraficantes.

Trump considera a estos migrantes una amenaza contra la seguridad y declaró una emergencia nacional en su frontera sur en febrero, en busca de recursos para construir una muralla que separe a su territorio de México.