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Cientos de migrantes centroamericanos que intentan llegar a Estados Unidos en caravana, huyendo de la pobreza y la violencia, aguardan este martes en el poblado guatemalteco de Tecún Umán después de ser contenidos la víspera por militares mexicanos en un río fronterizo.

"Estamos mal pero tenemos que echarle ganas, porque rajarnos (rendirnos) no podemos", dijo a la AFP la hondureña Paola Gutiérrez, de 25 años, en un refugio improvisado en Tecún Umán.

La joven indicó que intentarán pasar de nuevo, aunque es incierto el momento en el que volverán a apostarse en el límite de la frontera.

La nueva caravana, con unas 3.000 personas, salió hace una semana desde la ciudad de San Pedro Sula, en el norte de Honduras, emulando los éxodos masivas que surgieron a finales de 2018.

Los migrantes, en su mayoría hondureños y varios acompañados de niños pequeños, cruzaron este lunes el río Suchiate luego de que las autoridades mexicanas rechazaron la petición de pasar en bloque el puente fronterizo Rodolfo Robles.

En el intento fueron contenidos por un contingente de militares mexicanos, que usaron gases lacrimógenos para repelerlos.

Unos 500 lograron cruzar al lado mexicano, pero 400 de ellos fueron interceptados, informó en un comunicado el Instituto Nacional de Migración (INM) de México.

En tanto, una pequeña caravana de unos 50 salvadoreños que salió el lunes buscando llegar a Estados Unidos, sí logró cruzar el puente de Guatemala a México.

"Nomás le pedimos al pueblo mexicano que nos dé el permiso de pasar (...) No venimos a dañar a nadie", señaló Melvin Contreras, mientras sostenía una bandera de El Salvador.

Entre los integrantes de la caravana de mayoría hondureña que no lograron pasar, están quienes apelan a la paciencia del grupo, que ha tenido que soportar altas temperaturas.

"Algunos compañeros quieren devolverse, pero en mi caso voy a esperar para ver si de alguna forma pacífica se arreglan las cosas, todo a su debido tiempo", dijo José Cruz, de 33 años.

"Nosotros vamos con la mira de trabajar. No venimos a agredir a nadie pero si nos agreden no nos podemos dejar. Nada hacemos con regresar a Honduras", agregó Paola.

"Queremos cruzar otra vez", añadió Jorge Amador, de 38 años. "Regresar a Honduras solo muerto".