Alexandra Arias de Hivos dirige la discusión con Magdalena Vega de Costa Rica, junto a Petronila de Paz Chávez, Reyna Chiquin Chaman y Nancy Velázquez, todas de Guatemala, y Yusuni García, de Perú. / Cortesía


Hasta para preparar un biberón tienen problemas las mujeres en las comunidades sin cobertura de energía eléctrica y así viven cientos de hogares centroamericanos, reclamaron líderes de comunidades organizadas a las autoridades ministeriales de energía de América Latina. El acceso es un medio que cambia vidas y permite el desarrollo, enfatizaron.

Del 11 al 14 de noviembre se desarrolló en Lima, Perú, la IV Semana de Energía de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE). El evento, que suponía una agenda enfocada en la actualización de las estadísticas con altos funcionarios, organizaciones y empresarios del sector energético, giró de temática con la participación de cinco mujeres líderes de comunidades organizadas y que reciben apoyo de Hivos en Guatemala, Costa Rica y Perú.

“Ser mujeres líderes no es fácil”, enfatizó Reyna Chiquin Chaman, de la comunidad Chicaman de Guatemala, quien comentó cómo previo a desarrollar un proyecto de electrificación “hasta las labores de parto se complicaban”. “Pasábamos penas” y “no había superación” cuando no teníamos luz eléctrica, sumó Petronila de Paz Chávez, de Quiche, también en Guatemala.

Pese a los esfuerzos por electrificar las comunidades rurales en Centroamérica hay 5.5 millones de personas que viven a oscuras, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Aun así se considera que la región centroamericana sería la primera en lograr cumplir el séptimo Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas sobre la cobertura universal de energía asequible y no contaminante.

El problema es que hasta ahora la universalidad de la cobertura se ha visto con mayor enfoque en el acceso y no en la capacidad de las familias para pagar el servicio de electricidad, limitando así las oportunidades de llevar la energía a los hogares rurales, indicó Nancy Velázquez, de la comunidad San Carlos en Guatemala.

 

¿Qué hacer?

La tarea pendiente para reducir el la brecha de cobertura depende de cada país. Solo en El Salvador los datos oficiales indican que el 96.7 % de la población tiene acceso y el 86.3 % cuenta con tenencia de energía eléctrica.

Los sistemas energéticos descentralizados que generen energía limpia, que no necesariamente conlleven conectarse a una red eléctrica, son parte de las soluciones inmediatas que se han planteado los gobiernos y la cooperación internacional para reducir la brecha de cobertura de electricidad. Para esto es importante “la unión entre la organización que quiere ayudar con las comunidades”, indicó Chiquin Chaman.

Las cinco mujeres líderes concordaron que el primer paso para cumplir esa tarea es un mayor acercamiento a las localidades sin acceso por parte de funcionarios y la cooperación. “Visitar las comunidades” y preparar proyectos con más “enfoque, liderazgo y comunicación”, es clave, consideró Paz Chávez.

Lo “primero que debería de haber es un diálogo” entre la comunidad porque “en realidad hace falta mucho” y este es el “momento oportuno”, comentó Magdalena Vega, de Costa Rica, durante un conversatorio organizado por Hivos.