A la distancia, Blanca Domínguez observa cómo el personal de la alcaldía enflora a sus seres queridos. / Gabriel Aquino

Blanca Domínguez llegó a enflorar al cementerio La Bermeja y a recordar a tres hermanos y a su mamá, dos de sus hermanos, al igual que su mamá, murieron por covid-19 el año anterior.


Ella como cientos de salvadoreños se ciñeron a las medidas de bioseguridad para entrar a los camposantos y entregar los arreglos florales a aquellos que perdieron la batalla ante la pandemia. Estar ahí le recordó el mes que, según sus palabras, el virus le quitó a su familia.


“Mi madre murió el 9 de julio del 2020, fue bien triste porque ella se contagió a raíz de una vela que tuve de mi hermana, en esa vela a ella la contagian y al ser ella una paciente con enfermedades crónicas, pues se puso mal del corazón y otra vez le dio un paro cardíaco con el virus, y lo sobrevivió; ya con el segundo paro cardíaco la intubaron y estuvo conectada, pero ya el 9 de julio me notificaron que ella había muerto”, relató Domínguez ayer.



Otro contagio


La madre de Blanca fue trasladada a Santa Ana cuando enfermó, ya que para ese tiempo aún no funcionaba el Hospital El Salvador, según explica, el 11 de julio enterró a su mamá, pero que al momento de reconocer el cuerpo se contagió de covid-19 y posteriormente contagió a sus hermanos, esposo y sus dos hijos.



Solo puedo contar la historia nada más, porque en menos de un mes, el virus me quitó a mi familia”. Blanca Domínguez, llevó flores a su madre y dos hermanos muertos por covid

“Cuando yo regreso a mi casa, pues tristemente se contagia mi hermana, mi hermano y mi esposo e hijos de covid y lamentablemente mueren mis dos hermanos; mi esposo y mis hijos, como yo, sobrevivimos, pero prácticamente me dejan a mi ese virus sin familia y hoy pues solo puedo contar la historia nada más porque en menos de un mes el virus me quitó a mi familia”, explicó la mujer que ayer recordó a sus seres amados.




Otros salvadoreños llevaron mariachis en el cementerio de Suchitoto, Cuscatlán. / Alex Peña

Protocolos


Ayer, en los cementerios capitalinos, el personal de salud pedía la cartilla de vacunación completa, tomaban temperatura y aplicaban alcohol gel, asimismo, volvió la práctica de limpiar el calzado con amonio cuaternario. No se permitía el ingreso de menores de 12 años y mujeres embarazadas.


En la zona donde permanecen enterradas las víctimas de covid-19, personal de la alcaldía municipal, con equipo de protección nivel 3 tomaba los arreglos y eran ellos quienes los colocaban en las tumbas; además, llevaban los celulares de las familias para fotografiar la tumba con los arreglos y devolvían el aparato a las familias que observaban desde los alrededores.


El uso de equipo de protección nivel 3 y la restricción de enflorar a los fallecidos por covid-19 fue críticado en redes sociales, incluso por médicos, quienes señalan que no hay estudios que justifiquen el contagio del virus de personas muertas y enterradas, a vivos. Además, señalaron que alarga el ciclo del duelo que estas familias no han logrado cerrar a causa de la pandemia “No es justo jugar con el duelo de cientos de familias. Esos no son protocolos, son payadas”, escribió el salubrista Francisco Erazo Cadena, en Twitter.