Según la fundación Comunicándonos han activado tres instancias: “Uno es el acompañamiento del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos; dos, se está trabajando con la UNESCO que tiene que ver con el sistema de protección de periodistas y está interesada en darle seguimiento a este caso; y la tercera es la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos y ahí la comunicación es con el relator especial de libertad de expresión, Edinzon Lanza”, declaró Óscar Pérez, presidente de la fundación.
Esto luego que el pasado 9 de agosto del 2017, la Fiscalía reabriera el proceso de investigación que había sido archivado por la aprobación de la Ley de Amnistía General, en 1993.
Los periodistas holandeses Koos Andries, Jan Kuiper, Hans Laag y Johannes Willemses hacían un reportaje sobre el conflicto armado cuando fueron emboscados y asesinados el 17 de marzo de 1982, en Santa Rita, Chalatenango.
El caso fue reabierto luego que la fundación Comunicándonos y la Asociación Salvadoreña de Derechos Humanos (Asdehu), por solicitud de los familiares de los cuatro periodistas holandeses y acompañados por el gobierno de Holanda a través de la embajada del Reino de Los Países Bajos en Costa Rica presentaron una denuncia penal ante la Fiscalía.
El crimen fue documentado por la Comisión de la Verdad, en su informe, “De la locura a la esperanza”, y concluye que los periodistas fueron asesinados en una “emboscada planeada por el comandante de la Cuarta Brigada de Infantería, coronel Mario A. Reyes Mena, con el conocimiento de otros oficiales, en el cuartel de El Paraíso... y fue ejecutada por una patrulla de soldados pertenecientes al Batallón de Infantería de Reacción Inmediata (Biri) Atonal, al mando del sargento Mario Canizales Espinoza”, dice la conclusión.
Óscar Pérez recuerda que en 1988 se presentó el caso ante la jueza Dora del Carmen Gómez, en Dulce Nombre de María, Chalatenango; aunque no se había acusado a alguien en particular, la jueza recibió amenazas de muerte por parte de militares que estaban de alta en ese periodo y abandonó el país.
En la denuncia pidieron las investigaciones al general José Guillermo García, quien era el ministro de Defensa Nacional de la Fuerza Armada, del general Rafael Flores Lima, quien era el Jefe de Estado Mayor de la Fuerza Armada y como autores materiales a los miembros de la patrulla del batallón Atonal.
El asesinato de los periodistas holandeses es uno de los 160 crímenes de guerra abiertos en la fiscalía, según dijo el Fiscal General de la República, Douglas Meléndez, durante la segunda audiencia de seguimiento sobre la Ley de Amnistía.
Jan Pierre Lucien Schmeitz, un periodista holandés que trabajaba para Ikon radio y que estuvo en el país cuando sus colegas fueron asesinados, regresó a El Salvador para documentar la investigación sobre dicho crimen; la semana pasada, en un foro en la Universidad de El Salvador, dijo al relator especial de la CIDH, Edison Lanza, que ni el Ministerio de la Defensa ni la misma ONU han querido dar información sobre la emboscada y la investigación que hizo la Comisión de la Verdad en el país sobre dicho caso.
“Yo estaba aquí cuando me mataron a mis cuatro colegas y en todos los 36 años he seguido el caso; reabrieron el caso y no hay ninguna colaboración del ejército; los militares que estaban involucrados no quieren presentarse”, dijo Schmeitz a Diario El Mundo.
Sobre la respuesta de las Naciones Unidas ante la solicitud de entregar la investigación del asesinato de los cuatro periodistas holandeses en El Salvador, Schmeitz relata que respondieron: “ellos dicen que no, en los convenios el informe y nada más”.