La negativa de la Fuerza Armada de cumplir una orden judicial es un grave precedente para el país y refleja un retroceso a los tiempos donde los militares creían estar encima de la ley y del poder civil. Nadie debe estar jamás encima de la ley.

El alto mando militar odenó no permitir el ingreso de una inspección judicial de los archivos militares. En este caso particular -la masacre de El Mozote- además tiene graves connotaciones dado que se trata de la peor masacre de la guerra atribuida a la Fuerza Armada y que incluye la matanza de niños y mujeres.

La historia en nuestro país nos muestra que cada vez que se le ha dado mayor poder a los militares que el que les corresponde por ley, el abuso de poder ha sido la constante, de manera que es un terrible error consentir esta actitud de la Fuerza Armada que además, no tiene justificación legal ni moral alguna.

Los militares deben volver a ser subordinados absolutamente al poder civil y no debe permitírseles ser deliberantes en la política partidista. Por supuesto, tampoco deben desobedecer resoluciones judiciales de ningún tipo.

Los crímenes de guerra ya no están amparados por ninguna amnistía y muchos salvadoreños aún buscan justicia y sobre todo, conocer la verdad, sobre los hechos que llevaron a la pérdida de valiosas vidas humanas durante el conflicto armado, ya sea a manos de los militares, de guerrilleros, o de otros grupos irregulares como los escuadrones de la muerte o los llamados comandos urbanos.