El especialista de política exterior Napoleón Campos sostiene que es posible que algunos diputados se deslinden del presidente de la República, Nayib Bukele, si continúa una tendencia de tensionar la relación con el gobierno de los Estados Unidos. Pide a los diputados hacer un acto de contrición. Hay mucho en juego para los salvadoreños en Estados Unidos, dice.


¿Calarán estas medidas en el Gobierno? Si cree que no, ¿qué pasará?


Yo creo que sí calan. Una cosa es el discurso del diente al labio, bochinchero, confrontativo. Y esto lo vemos en el caso de Venezuela, ahora que se sentó la oposición a negociar posibles medidas para rebajar las tensiones con representantes del gobierno Nicolás Maduro. ¿Cuál era la primera carta que Maduro ponía?, el levantamiento de las sanciones internacionales. Van a afectar muchísimo. Créame que no saben en lo que están si deciden por ejemplo en la Asamblea tensionar más la relación con Estados Unidos. Las sanciones financieras en el mediano y largo plazo sí comienzan a afectar y sacudir. Los aliados van a tomar nota de esos sancionados (de lista Engel) y el mundo comienza a quedárseles bastante pequeño. Es importante que las diputadas y diputados que hasta ahora han votado para desmantelar la democracia hagan un acto de contrición y procedan a no votar más para desmantelar la democracia si así se los pide el presidente.


¿Qué escenarios ve?


Las dos vías previsibles que tenemos a renglón seguido de este segundo grupo de la Lista Engel no son nada positivas a partir de cómo el presidente sigue reaccionando: EEUU va a colocar a los actuales y futuros señalados en la lista Engel bajo las sanciones financieras previstas en la Ley Magnitsky. Esto nos lleva al segundo escenario, Magnitsky es una ley global adoptada por Canadá, Reino Unido, Alemania y varios países de la Unión Europea a corruptos, violadores a los derechos humanos, a la democracia y al Estado de Derecho, y eso lo que haría sería extender y profundizar este escenario de sanciones internacionales. Estamos en la cúspide de una amplia conflagración de El Salvador con el resto del mundo y ahí creo que nos vamos a mantener hasta que venga un escenario de restauración democrática.


¿Qué tan posible es pensar en un desgaste de la relación diplomática?


La colisión de lo que viene sucediendo perpetrada fundamentalmente por el presidente y sus partidos aliados, este quiebre democrático choca con esos valores de los cuales se deriva todo el conjunto de tratados y convenios de los cuales El Salvador es parte. El presidente Bukele no entiende que todas esas acciones que agudizó a partir del 1 de mayo fueron a chocar con el andamiaje internacional cimentado en esos valores democráticos. Los tratados y convenios en materia de lucha contra la corrupción, independencia judicial, la Carta Democrática, el tratado marco de seguridad democrática, el acuerdo de asociación con la Unión Europea, el tratado de libre comercio con Estados Unidos, el presidente parece que no lo sabe y por eso induce este conjunto de reformas. Hoy ya no estamos en el camino al precipicio, estamos en el hoyo de la barranca.


La embajadora comparó el libreto que usa Venezuela y Nicaragua. ¿Qué fases de desgaste o rompimiento de la relación diplomática se podrían cumplir si se toma de referencia a estos países?


Estados Unidos no ha roto hasta ahora relaciones diplomáticas, ni tampoco Venezuela, ni tampoco Nicaragua. Romper relaciones diplomáticas aún para estos países que no tienen los intereses bilaterales que nosotros sí tenemos nos dice mucho. Ni Venezuela ni Nicaragua tienen los intereses migratorios que El Salvador tiene en Estados Unidos. Además de ratificar su compromiso de apoyar al pueblo salvadoreño en la defensa de la democracia y combate a la corrupción, ratificó la voluntad política de su gobierno por la regularización de estos tres millones de compatriotas. No solamente es impensable que por seguir en una ruta de desmantelamiento de la democracia vamos a llegar a una ruptura, es absolutamente descabellado.


Hemos llegado al momento en el cual hay que pedirle a los diputados que vuelvan a leer la Constitución y que actúen en base a su conciencia, porque no podemos estar generando enemistad con el gobierno que preside el país donde viven tres millones de salvadoreños.


¿Tienen efectos diplomáticos las acusaciones del presidente a Estados Unidos o afirmaciones de Walter Araujo en torno a la embajadora?


Yo creo que a estas alturas, no. Los países amigos de El Salvador han tomado nota de que el presidente no da una en política exterior. Por eso Estados Unidos no vaciló e hizo el viraje rápido de los programas de cooperación y lo reorientó para la sociedad civil organizada. Yo creo que los países aliados, los norteamericanos, los países latinoamericanos más responsables, los países europeos, han tomado nota ya. Está claro que la alianza de estos países es con el pueblo. Creo que parte del pueblo le hemos respondido a estos países desde una diplomacia ciudadana.


Estamos en este punto tan complicado donde lo que diga un sancionado por la lista Engel no vale mucho, pero sí vale que los diputados estén de la mano con la Constitución y que ellos representan al pueblo y a su conciencia. Yo no creo que esta situación no vaya a provocar que algunos diputados o diputadas se deslinden de las posiciones del presidente, aún de su partido político Nuevas Ideas. Hay mucho en juego para un salvadoreño o salvadoreña joven que por regla general tiene familiares en los Estados Unidos, hipotecar su futuro, su visa, su economía familiar y personal; porque creo que ellos no han dimensionado lo que significa entrar en un régimen de sanciones financieras internacionales, prácticamente una muerte financiera en vida.


Porque es muy difícil que en un país como el nuestro un banco no tenga lazos con alguna parte financiera de los Estados Unidos. En el momento que lo dimensionen, se darán cuenta que no deben hipotecar, por las posiciones en política exterior del gobernante de turno, su propia vida personal y familiar.


Yo creo que esto va a generar que se deslinden de estas posiciones en caso el presidente Bukele decida eso que ha expresado en Twitter, eso que dijo en la conmemoración de los 200 años de Independencia, si eso lo traduce en decisiones políticas para confrontar a Estados Unidos. Es inconcebible tener una política exterior de confrontación innecesaria con nuestro principal aliado.


Lo que era nuestro llamado hace cuatro meses a la rectificación al presidente Bukele ya no tiene sentido.