El Juzgado Especializado de Instrucción “A” de San Salvador determinó ayer que no puede girar una nueva orden de captura en contra del expresidente Mauricio Funes, mientras no esté legalmente notificado de los delitos que la Fiscalía General de la República le atribuye en el caso conocido como “tregua con pandillas”.

La jueza convocó a la audiencia de imposición de medidas, pero como Funes no mandó abogado para que lo defienda en el proceso, se deberá seguir el tramite de notificarlo por edicto como lo señala el artículo 163 del Código Procesal Penal y de esa forma garantizarle el derecho de audiencia y no incurrir en ninguna ilegalidad y violación de garantías constitucionales.

“Previo a la decisión de una medida cautelar de detención provisional se le notificará por edictos, si un imputado no ha podido ser citado formalmente se debe hacer por este medio, se van a publicar los edictos y una vez terminado ese trámite se va fijar nueva fecha para realizar audiencia y decidís sobre la medida cautelar que a la fecha solicitada será la detención provisional”, explicó el fiscal Álvaro Rodríguez, ayer.

El expresidente es acusado de agrupaciones ilícitas e imcumplimiento de deberes, conductas delictivas que el Ministerio Público le reprocha por considerar que promovió, facilitó e impulsó a las pandillas y que pese a tener conocimiento de las ilegalidades que se estaban dando con la tregua no hizo nada para detenerlas, pues su objetivo era mantener una buena imagen de su gobierno con una redducción de homicidios.

Una vez se le notifique por edictos, se convocará a la audiencia y si tampoco manda abogado, la jueza sí podrá evaluar la petición fiscal de girarle orden de captura con miras a tramitar con la Policía Internacional (Interpol) una difusión roja.

Según la Fiscalía General, Mauricio Funes avaló las ilegalidades de la tregua que se comenzó a gestar en noviembre de 2011, pero que formalmente estuvo vigente entre marzo de 2012 y agosto de 2013, período en el cual hubo una serie de beneficios y privilegios para las pandillas, sobre todo para los principales cabecillas.