Silvia, de 30 años y ama de casa, es una de las habitantes de San Salvador que se siente insegura. Con una voz que denotaba tristeza y decepción, relató que una de las situaciones más difíciles que ha tenido que pasar por culpa de la delincuencia es el asesinato de su hermano hace aproximadamente un año.

Aún espera que las autoridades resuelvan el crimen y condenen a los culpables.

Elizabeth, de 28 años y ama de casa, plantea que ya no puede vivir “confiada” porque en todos los lugares a los que va, siempre tiene miedo. Hace unas semanas se dirigía a su casa en una unidad de transporte público, cuando de repente escuchó que unos jóvenes se habían subido al bus para quitarles sus pertenencias. “En ese momento uno piensa que ya no va a vivir, siente temor”, relata.

Desde ese día, dice, subirse al transporte público ya no es lo mismo. Menciona que, a pesar que el nuevo gobierno recientemente ha aumentado la cantidad de agentes policiales, se siente igual porque “ni ellos mismos están protegidos”.

La inseguridad no es el único problema que las personas perciben en San Salvador, el desempleo. Rafael Cornejo, de 49 años, dice que conoce a varias personas que no tienen un empleo decente y estable porque no cuentan con los estudios suficientes, ya que la mayoría de empresas e instituciones exigen el bachillerato para poder obtener un empleo; por tanto, buscan diversas alternativas para sacar adelante a su familia.