La ciudad estadounidense de Nueva Orleans se prepara este miércoles para afrontar la llegada de una tormenta tropical que puede convertirse en huracán y que condujo al gobierno de Louisiana a declarar estado de emergencia.

"Sigue siendo muy pronto para decir cuál será el impacto, pero creemos que habrá un impacto", dijo LaToya Cantrell, alcaldesa de Nueva Orleans, en una conferencia de prensa en la ciudad que quedó devastada en 2006 por el huracán Katrina.

"Estén preparados para el impacto", alertó, recordando a los residentes que la ciudad ya había recibido más de 20,32 centímetros de agua en tres horas de lluvia durante la mañana, con inundaciones parciales.

Nueva Orleans entró el miércoles en la mañana en estado de alerta junto con tramos de la costa de Louisiana debido a una tormenta tropical que se formó en el Golfo de México, amenazando la región con lluvias potencialmente riesgosas para la seguridad de la personas.

Las autoridades alertaron a los residentes de posibles inundaciones por crecidas de agua e inundaciones en la ciudad, conocida en el mundo por el jazz y su Mardi Gras.

Parte de Nueva Orleans está construida bajo el nivel del mar.

"Las condiciones parecen propicias para que ese sistema se transforme en huracán a medida que se acerca a las costas [estadounidenses] en el centro del golfo" de México, indicó el Centro Nacional de Huracanes (NHC).

Si la tormenta se convierte en un huracán como se ha anticipado, podría ser el primero de la temporada en el Atlántico y se llamaría Barry.

Parte del sur de la costa de Louisiana estaba registrando fuertes lluvias e inundaciones, dijo el NHC.

Jefferson Parish, un barrio que es parte de Nueva Orleans, registraba inundaciones de 10 a 15 centímetros de agua y se esperaban de 5 a 7 centímetros más.

El gobernador de Louisiana, John Bel Edwards, declaró el estado de emergencia, que permite a la entidad obtener recursos adicionales para prepararse para la tormenta.

- Sin electricidad -

Las autoridades están recomendado a los residentes en las zonas de riesgo a quedarse en casa y "refugiarse en el lugar".

El miércoles en la mañana cerca de 10.000 habitantes se quedaron sin electricidad en Nueva Orleans.

Durante el huracán Katrina los diques de la ciudad colapsaron bajo el peso del agua inundando el 80% de esta localidad, y más de 1.800 personas murieron durante la catástrofe.

A las 21H00 GMT del miércoles, el sistema de la tormenta se encontraba a 200 kilómetros al sureste de la desembocadura del río Mississippi.

La tormenta avanzaba con vientos sostenidos de 65 kilómetros por hora, muy por debajo de los cerca de 119 km/hr de un ciclón, pero se encuentra en camino a convertirse en tormenta tropical el jueves y huracán el viernes.

Las autoridades emitieron alertas a los residentes a medida que los niveles del río Mississippi aumentaban elevándose 4,9 metros en Nueva Orleans a las 13H00 GMT.

Los diques que protegen la ciudad pueden frenar una crecida de hasta 6,10 metros, un nivel que podría alcanzarse el sábado por la mañana, según los meteorólogos.

Durante la conferencia de prensa, un vocero del área de protección contra inundaciones dijo que estaba confiado en que los diques aguantarán el peso del agua, mientras uno de sus colegas agregó que las 118 bombas de la ciudad estaban operando en "óptima capacidad".

Por su parte, el cuerpo de ingenieros de la Armada, que opera el sistema de control de inundaciones, dijo que estaba "monitoreando de cerca" la situación.

La alcaldesa cerró el ayuntamiento y pidió a los empleados cuya labor no es esencial para la ciudad que permanecieran en sus casas.

El aeropuerto de la ciudad registró varios retrasos en los vuelos, pero permanecerá abierto al menos que las condiciones se tornen inseguras o la infraestructura sufra algún daño, indicó un responsable de la terminal en la conferencia.