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El estado de Nueva York, bastión demócrata, adoptó el lunes una ley que permite a los inmigrantes irregulares obtener su carné de conducir, una medida polémica contraria a la política migratoria del presidente Donald Trump.

Esta ley "no sólo proporcionará a los inmigrantes irregulares un medio legal de obtener la licencia de conducir, tendrá un impacto positivo en el crecimiento económico, la seguridad en las carreteras, y permitirá mantener unidas a familias que trabajan duro", declaró en un comunicado uno de sus principales artífices, Luis Sepulveda, un senador estatal demócrata.

"Ahora que los inmigrantes son los chivos expiatorios de todos los males de nuestro país, el estado de Nueva York tiene la oportunidad de mostrar su valentía y su fuerza, y apoyar a las comunidades marginales", añadió.

En la práctica, el texto, adoptado por la cámara baja del Parlamento de Nueva York la semana pasada y firmado el lunes por la noche por el gobernador demócrata Andrew Cuomo, autoriza la expedición de un permiso de conducir a cualquier persona que apruebe el examen, independientemente de su estatus migratorio.

Los solicitantes ya no tendrán que presentar un número de seguro social o una visa válida, como ha sido el caso desde 2001, y podrán simplemente presentar un pasaporte válido o una licencia de conducir extranjera como prueba de identidad.