Los "chalecos amarillos" volvieron a manifestarse en Francia este sábado, especialmente en Toulouse (suroeste), mientras se esperan en los próximos días nuevos anuncios del presidente Emmanuel Macron, que busca poner fin a una crisis que empezó hace cinco meses.

Se trata del vigésimo segundo sábado consecutivo de manifestaciones de los "chalecos amarillos", cuya movilización disminuyó el fin de semana pasado.

En Toulouse, proclamada esta vez "capital" del movimiento nacional, más de mil personas desfilaron a media jornada.

Se trata de la primera protesta con la nueva ley antidisturbios, vigente desde el jueves, que considera delito disimular el rostro en las manifestaciones para evitar la participación de encapuchados, considerados los responsables de los destrozos.

Esto deja al poder "aún más libertad para hacer cualquier cosa" contra el movimiento, lamentó una de las figuras de la protesta, Priscilla Ludosky, que viajó a Toulouse.

Jean-Baptiste, un pilar de la movilización en París también llegó a Toulouse con una una pancarta que decía "Aquí los alborotadores", con fotos de Emmanuel Macron y su ministro del Interior, Christophe Castaner.

La ley antidisturbios fue adoptada el mes pasado en un contexto de crisis por las protestas, empañadas en ocasiones por actos violentos cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo, con saqueos y destrozos en tiendas de lujo en la avenida Campos Elíseos.

La ley otorga da a la policía mayores prerrogativas para contrarrestar los disturbios en las manifestaciones.

El texto fue parcialmente censurado por el Consejo Constitucional, pero también estará en la mira de los manifestantes de París el sábado, que exigirán la derogación de esta "ley liberticida".

También están previstas concentraciones en Marsella, Grenoble y Lille. Desde marzo existen prohibiciones parciales de manifestación en algunas ciudades, como en París, donde está prohibido manifestarse en los Campos Elíseos.

Estas manifestaciones tienen lugar antes de una anunciada "gran jornada" de los "chalecos amarillos" para el 20 de abril, una vez el presidente Macron haya hecho sus anuncios.

Después de dos meses de consulta nacional, el presidente Macron tiene que anunciar medidas "poderosas" y "masivas", según el ejecutivo, para intentar apaciguar el movimiento social, que nació para protestar contra la política fiscal.