Archivo DEM.


La Organización de los Estados Americanos (OEA) rechazó el miércoles la violencia racial en Bolivia, e instó a respetar los derechos de los pueblos indígenas, en una resolución que saluda la investigación de los actos ocurridos en el contexto de las cuestionadas elecciones presidenciales.

Bolivia se ha visto sacudida por violentas protestas en el contexto de los comicios del 20 de octubre, en los que el presidente Evo Morales, un indígena aymara en el poder desde 2006, buscaba ser reelegido.

Tras pronunciarse ganador, el mandatario dimitió luego de que la OEA señalara manipulación de los resultados. Refugiado en México y luego en Argentina, ha denunciado un "golpe de Estado" y "racismo" contra los pueblos originarios, un planteo apoyado por la izquierda latinoamericana, encabezada por Cuba y la Venezuela de Nicolás Maduro.

La resolución aprobada por 18 votos durante la sesión del Consejo Permanente de la OEA, órgano ejecutivo del organismo, fue propuesta por 13 países de la Comunidad del Caribe (Caricom) y contó con el apoyo de Argentina, México, Nicaragua, Panamá y Uruguay.

En contra estuvieron Bolivia, Colombia, Estados Unidos y Venezuela (representada por un delegado del líder opositor Juan Guaidó).

De los 34 miembros activos de la OEA, 11 se abstuvieron (Brasil, Canadá, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Paraguay, Perú, República Dominicana), y Haití estuvo ausente.

La resolución de condena a las violaciones de los derechos humanos en Bolivia llama a las autoridades a respetar y cumplir "eficazmente" todas las obligaciones derivadas del derecho internacional sobre los pueblos indígenas.

Además, se congratula de que un grupo independiente de expertos internacionales, acordado tras la reciente visita al país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), investigue los actos de violencia desatada antes y después de las elecciones, que dejaron 36 muertos.

Antes de que se aprobara esta resolución, fue sometida a votación otra presentada por Bolivia, que manifestaba "solidaridad" con ese país andino en su lucha contra el uso de la violencia, "incluyendo toda forma de opresión e intimidación contra los bolivianos de origen indígena".

Pero sólo ocho países apoyaron el texto enmendado: Bolivia, Brasil, Colombia, Estados Unidos, Guatemala, Panamá, Paraguay y Venezuela.

Jaime Aparicio, representante en la OEA del gobierno interino boliviano que busca organizar nuevos comicios, aseguró tener pruebas de que en Bolivia "no hubo violencia racial" sino "ataques de grupos armados de Evo Morales antes y después de su renuncia".

"Esta resolución muestra que a muchos les interesa muy poco la pacificación de un país cuyos ciudadanos han sufrido la violación de su Constitución y un inmenso fraude electoral comprobado por la propia OEA", afirmó.

A sus reclamos se sumaron los representantes de Colombia, Estados Unidos y Venezuela, que denunciaron motivaciones "políticas" del texto.

Pero el embajador de Belice, Daniel Gutierez, subrayó que la resolución aprobada busca defender "principios" rectores.

"Este no es un acto de teatro político", enfatizó.