Imagen Ilustrativa/Archivo DEM.


El número de personas desempleadas en el mundo debería aumentar este año, hasta 190,5 millones, aunque el subempleo afecte a más del doble de personas, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicado el lunes.

En su informe anual sobre el empleo en el mundo la OIT indica que tras haber permanecido "relativamente estable durante los últimos nueve años", el desempleo a nivel mundial debería volver a aumentar a causa de la desaceleración del crecimiento económico.

El número de parados debería aumentar unos 2,5 millones en 2020 pues, mientras que la mano de obra aumenta, no se están creando suficientes puestos de trabajos para absorber a los recién llegados al mercado de trabajo.

La tasa de paro mundial fue de 5,4% en 2019 y debería permanecer en torno a esa cifra en los próximos dos años, lo que significa que su bajada progresiva registrada entre 2009 y 2018 marca el ritmo.

Si el balance de gente con problemas laborales se extiende además a los subempleados, la cifra llega a 470 millones, al añadir 165 millones de personas que tienen un trabajo pero que desearían trabajar más y a los 120 millones que o bien han abandonado la búsqueda activa o no tienen acceso al mercado laboral.

"Para millones de personas comunes, es cada vez más difícil construir vidas mejores gracias del trabajo", declaró el director General de la OIT, Guy Ryder, en una rueda de prensa.

"La persistencia y la amplitud de la exclusión y de las desigualdades relacionadas con el trabajo les impiden encontrar un trabajo decente y forjarse un futuro mejor. Esta es una conclusión extremadamente preocupante que tiene repercusiones graves y alarmantes para la cohesión social", recalcó.

El acceso a un empleo remunerado no garantiza un trabajo decente. Cerca del 61% de la mano de obra mundial desempeña trabajos informales, mal pagados o que no ofrecen ningún o muy poco acceso a la protección social y a los derechos laborales.

Asimismo, más de 630 millones de trabajadores en el mundo -es decir, una de cada cinco personas de la población activa mundial-, vive en condiciones de pobreza extrema o moderada (definida por unas ganancias superiores a 3,20 dólares diarios en términos de paridad de poder adquisitivo). Se espera que este fenómeno aumente en 2020 y 2021 en los países en desarrollo.