Tres millones de salvadoreños se encuentran en inseguridad alimentaria, una cifra que se habría incrementado por el impacto económico de la pandemia del covid-19, revela un informe elaborado por cinco agencias del sistema de Naciones Unidas.

El informe sobre el estado de la inseguridad alimentaria y nutrición en el mundo fue elaborado en conjunto la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Si bien se trata de la primera evaluación realizada en tiempos de la pandemia del covid-19, Naciones Unidas destacó que aún no se incluye el impacto de la crisis porque todavía no se ha cartografiado por completo los efectos de la recesión mundial.

En el documento, publicado ayer, se destaca que en El Salvador hay tres millones de personas en inseguridad alimentaria moderada o severa en el período 2018-2020, una cifra que muestra un incremento al compararse contra los 2.7 millones de salvadoreños que se registraron en el período 2014-2016.

El informe también plantea que hay cerca de 500,000 salvadoreños en una situación de subalimentación y 900,000 en inseguridad alimentaria severa.

Según la FAO, una persona en inseguridad alimentaria grave está en riesgo de quedarse sin alimentos y hasta pasar un día o más tiempo sin comer, mientras que en moderada cuando hay incertidumbre con respecto a la capacidad de obtener alimentos, saltarse comidas, y reducir la calidad nutricional en la cantidad de comida consumida.


Más hambre en el mundo.


En el informe se advierte que el hambre empeoró “de forma espectacular en 2020” y estima que 811 millones de personas estuvieron subalimentadas el año pasado, una décima parte de la población mundial.

Más de la mitad de la población subalimentada, 418 millones de personas, vive en Asia. En África hay 282 millones y 60 millones en América Latina y el Caribe.

Por otro lado, más de 2,300 millones de personas -equivalente al 30 % de la población mundial- carecieron de acceso a alimentos adecuados durante todo 2020, lo que equivale a 320 millones más que en 2019. Además, el año pasado se agudizó la desigualdad de género pues por cada 10 hombres que padecían inseguridad alimentaria había 11 mujeres en igual situación.

Ya antes de la pandemia del covid-19, indicó la FAO en un comunicado, se había advertido que el mundo no alcanzaría las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) correspondientes a asegurar la alimentación de todas las personas, ya que desde 2010 el hambre “empezó a aumentar sigilosamente”.

Con las actuales tendencias, en el informe se destaca que el ODS sobre hambre cero para 2030 quedará incumplido por un margen de cerca de 660 millones de personas, de las cuales 30 millones se deberán a efectos duraderos de la pandemia del covid-19.

 

3 alternativas para enfrentar el hambre


 

  1. Políticas


Proponen integrar las políticas humanitarias, de desarrollo y de consolidación de paz para que las personas no vendan sus bienes para comprar alimentos.

 

  1. Resiliencia


Frente al cambio climático en los distintos sistemas alimentarios, por ejemplo, ofrecer a los productores seguros contra riesgos por eventos climáticos.

 

  1. Costos


Intervenir en las cadenas de suministro para reducir el costo de los alimentos con cultivos bioenriquecidos y mayor acceso a mercados.