La Covid19 acumula hasta marzo más de 2,778,000 de víctimas mortales en el mundo, además del creciente impacto social y económico derivado de las capacidades de gestión y manejo en cada país. Esta prolongada crisis ampliará las desigualdades y profundizará la pobreza, obligando a replantear las relaciones internacionales eliminando las barreras que dificultan el desarrollo.

En este contexto Cuba sufre un inhumano bloqueo económico y sanciones unilaterales por parte de Estados Unidos, medio siglo violentando el derecho internacional pese a las 23 condenas de Naciones Unidas. Solo en 2019, 191 países demandaron el fin del bloqueo con la única oposición de EEUU e Israel. Esa estrategia geopolítica ha fracasado y no se corresponde a las nuevas circunstancias de la crisis mundial impuesta por la pandemia.

Son contundentes las palabras del Benemérito de América, el insigne Benito Juárez: “Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho humano es la paz”, dictadas en su discurso del 15 de julio de 1867 tras su entrada triunfal en la Ciudad de México. Esta legendaria expresión es ampliamente reconocida como fórmula universal para la convivencia humana, piedra angular para las relaciones entre Estados.

Esta crisis, como en todo “río revuelto”, ha sido la voraz oportunidad para ganar de algunas farmacéuticas, del sistema financiero global y los grandes negocios en línea. La brecha entre países ricos con abundantes recursos para enfrentar la crisis, en severo contraste con naciones pobres, se ha profundizado y solo podrá acortarse con solidaridad y cooperación bajo el respeto al derecho internacional, más allá de las diferencias ideológicas.

La crisis puso a prueba la voluntad y capacidad de desplegar humanidad. Ejemplar es el aporte de Cuba, país pequeño y pobre, que, pese al cruel bloqueo de Estados Unidos, envió en plena pandemia 57 contingentes médicos de la Brigada Henry Reeve, nominada al Premio Novel de la Paz por su abnegada labor. Este agrupamiento experimentado de más de cuatro mil médicos y técnicos de primer nivel han prestado servicio en cuarenta países de América, el Caribe, Europa, Asia, África y Medio Oriente. El pueblo salvadoreño somos testigos de esta solidaridad durante la tragedia de terremotos, inundaciones y con la Misión Milagro.

Este no es un hecho aislado, comienza en su propia tierra con los resultados del manejo de la pandemia alcanzando la recuperación del 94.2% de los contagiados, pese a las dificultades impuestas por el bloqueo económico y sanciones unilaterales de Estados Unidos. Su avanzado modelo de administración y gestión de salud contempla un área epidemiológica, alta organización de sus servicios sanitarios y una apropiada asociación de ciencia e innovación. Sin embargo, Cuba no puede comprar ningún insumo o equipo (como ventiladores) para el cuidado y recuperación de sus pacientes a proveedores norteamericanos, debiendo triangular a través de un sinnúmero de intermediarios y países, incrementado tiempos de entrega y precios por las comisiones y riesgos a los que se exponen los comerciantes de ser sancionados por EEUU.

El éxito del modelo cubano se fundamenta en el consenso de una sociedad con una expresa voluntad política de priorizar la salud humana bajo un enfoque rigurosamente comunitario e intersectorial armonizado con la ciencia y una capacidad de gestión gubernamental orientada a prevenir anticipando los riesgos. Un sistema de salud gratuito accesible a todos con orientación territorial le llevó a generar capacidades para articular más de 11000 consultorios médicos de familia distribuidos de acuerdo al asentamiento poblacional, en estrecho enlace con una red de 449 policlínicos, 150 hospitales estratégicamente ubicados, 12 reconocidos institutos de investigación científica, vasta experiencia en la formación de profesionales en 13 reconocidas universidades de ciencias médicas, así como un alto nivel de educación y organización social.

Cuba es el único país latinoamericano con indiscutibles avances en biotecnología y amplias credenciales solidarias, cuenta con cinco candidatos vacunales contra el Covid19 en diferentes fases de ensayos clínicos: Soberana 2 y Abdala cumplen la fase III de pruebas, aspirando a producir 100 millones de dosis para inmunizar a su población de 11,2 millones y proporcionar a los países que la necesiten. Cuba es una esperanza de vida para nuestra región, por lo tanto unirnos y pronunciarnos contra el bloqueo como lo están haciendo muchos pueblos en América es un asunto de vida para todos.