Nuevamente y tal y como lo he señalado en estos días previos, Arena y el FMLN lograron llevar adelante su “acuerdo” de colocar una de sus “piezas” partidocráticas en la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos a un individuo con claros vínculos materiales con el FMLN, más allá de cualquier duda –hasta probado financista de dicho partido se ha señalado que ha sido-, y quien además tiene numerosos expedientes abiertos en distintas instituciones del Estado, incluyendo algunos que, irónicamente, tienen que ver con violación de los Derechos Humanos. Pero esto no le importó a la partidocracia espuria de ese pacto de supervivencia en que se han convertido esas “colaboraciones estrechas” entre quienes antaño se decían “acérrimos” adversarios políticos. Parece hasta de chiste que hoy hay más “coincidencias políticas” entre miembros de Arena y del FMLN, que entre los mismos diputados de la fracción de Arena. Cosas veredes amigo Sancho, cosas veredes…

La espuria partidocracia que ha estado acostumbrada a pisotear la institucionalidad democrática del país históricamente durante la posguerra, primero Arena y el antiguo “bloque de derecha” y luego el FMLN y algunos aliados transitorios que consiguieron, y que hoy se sienten amenazados en su propia existencia política ambos, los que antaño fueron “acérrimos adversarios y casi enemigos políticos”, hoy unen fuerzas y acuerdan colaborar para tomar control sobre otra institución que consideran puede ser uno de los “últimos bastiones” desde donde defender sus intereses partidocráticos, pues saben que el ciclo político de la posguerra está por terminar en 2021 y ellos ya no serán los actores políticos preponderantes en el nuevo congreso.

Lo han hecho como siempre, anteponiendo sus intereses partidarios a los del país, sin importarles nada más, por cuanto tendrían control de la PDDH, institución que si bien alguien pudiera pensar tiene relativa poca relevancia por cuanto sus resoluciones no son de carácter vinculante, en esta nueva etapa de la partidocracia a la que yo le llamo de supervivencia política, se vuelve relevante, pues no me cabe la más mínima duda que ante los demoledores señalamientos que se le hagan a personeros de la partidocracia –especialmente del casi expartido FMLN- por parte del presidente y/o desde el gobierno, pretenden salir corriendo a dicha institución a denunciar “violaciones a los derechos humanos” y su cálculo es que obtendrían resoluciones “express” para de esa forma victimizarse y venderse como “víctimas de la violación sistemática de sus derechos humanos”.

Patético y lamentable, y más aún el hecho de haber colaborado en tal acuerdo ese partido de derecha que no encuentra su rumbo y que cree que haciendo más de lo mismo puede tener un mínimo de éxito político. Pues sí, había que pagar el favor de otras instituciones.

Así pues, está claro ya que para ellos es una cuestión de supervivencia política y por ello atentan nuevamente contra la institucionalidad del país, y no de cualquier manera ni en cualquier contexto, pues son tan viles y ruines que utilizan una coyuntura de emergencia y dolor nacional por la tragedia climática para intentar “ocultar” el arreglo y componenda para entregarle el control de la PDDH al FMLN, como dije para intereses de supervivencia exclusivos de ellos, y además de eso violando cuanto reglamento interno de la Asamblea han podido, contra voces disidentes internas –especialmente de Arena-, convocando de forma inconstitucional suplentes de diputados para lograr la correlación, sin fundamentar la idoneidad y las capacidades del “electo” para el cargo, en fin, haciendo todo tipo de malabares y subterfugios de esos que la anterior Sala de lo Constitucional tanto sancionó –Sala a la que tanto alababan y hasta les dio una sentencia para favorecer a su excandidato presidencial-, con tal de lograr cumplir su espurio y vil objetivo, así fuera uno que en nada beneficia a las grandes mayorías de este país. Toda una calamidad política por la cual tendrán que pagar con creces en las próximas elecciones.

Hoy nuevamente la partidocracia intenta secuestrar, manipular y hasta cooptar nuestro incipiente sistema democrático, pero no podrán, y la manera como les demostraremos que la voluntad del soberano puede más y se respeta, es terminándolos de sacar de la Asamblea el 2021, y ejerciendo una presión política ciudadana de tal magnitud que a este sirviente de la partidocracia en la PDDH, no le quede más que cumplir a cabalidad con la ley o se convertirá en un personaje tan irrelevante y de tan poca monta para el país –mientras es declarado inconstitucional-, que será digno de pasar a los basurales de la historia junto con los que ahora lo han electo.