A un año de las próximas elecciones municipales y legislativas, el padrón electoral cuenta con poco más de un millón de personas entre 18 y 25 años.

Este sector de la población tiene la posibilidad de definir los resultados electorales e inclinar la balanza del poder, a partir de la oferta electoral de aquellos partidos políticos que sean capaces de canalizar sus aspiraciones y necesidades.

Aspectos como el de la seguridad ciudadana, mejores oportunidades de empleo y el acceso a una educación de calidad, son vitales para las expectativas de vida de los jóvenes votantes.

Como ya ocurrió en las anteriores elecciones presidenciales, los jóvenes demandan un mensaje directo de los candidatos, así como respuestas inmediatas y efectivas que satisfagan sus necesidades.

El voto joven cuenta con el potencial de definir los resultados electorales y construir un nuevo país, con menos polarización política y exigiendo un debate verdadero entre actores políticos.

Las cosas se harán diferentes porque los votantes del futuro serán diferentes. Ahora, es trabajo de los partidos políticos adaptar su discurso y sus propuestas a esta nueva realidad del padrón electoral y evitar seguir quedando desfasados; si la visión de las cúpulas no llega a las necesidades del votante, difícilmente conseguirán el favor de su voto.