El Salvador, así como varios países de América Latina, se enfrentaría a un “problema social” si no es capaz de captar y emplear a los trabajadores que sean desplazados por la automatización, advirtió ayer Carlos Anderson, presidente del Instituto del Futuro de Perú.

Anderson visitó a El Salvador a solicitud de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Social y Económico (Fusades), para que compartiera con los empresarios sobre cómo las economías en desarrollo pueden adaptarse a la cuarta revolución industrial.

En una rueda de prensa, el experto peruano enfatizó que si bien las revoluciones industriales generan nuevas oportunidades laborales, estos procesos también significaron cantidades considerables de pérdidas de empleos.

“Que los trabajos sean automatizados implica una mayor productividad y eso es positivo, pero el hecho que tantos empleos sean automatizados implica desplazamientos de trabajadores, que si no son captados y no se les brindan capacidades para que puedan acoplarse a esta economía de cambio, tan rápido como sea posible, va a convertirse en un problema social”, explicó.

Datos de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) revelan que hasta el 2018 el porcentaje de desempleo era de 6.35 %. Las estadísticas oficiales indican que 190,724 personas se quedaron sin un empleo en ese año.



Contrario a la EHPM 2018, la edición de 2017 señala que las principales razones de despido en ese año correspondieron a recortes de personal, que afectaron a 24,500 y el cierre de establecimientos dejó sin trabajo a 108,842 personas.

Anderson explicó que las empresas tienen que prepararse para la digitalización y deben de entender que el cambio tecnológico que hoy en día está enfrentando la economía, “va ser el estado de naturalización de las cosas que tendremos en los próximos años”.

Los procesos de cambio de digitalización deben de ser aceptados por las empresas, porque generarán oportunidades necesarias y permitirán actuar de una manera ejecutiva. Sin embargo, “causaría un impacto en la materialización de los trabajos actuales”, recalcó.

El ejecutivo aseguró que los países como El Salvador y Perú deben aprovechar esta cuarta revolución, ya que pueden dar saltos en la economía y tener la oportunidad de iniciar “algo desde cero”.

Los mercados digitales han permitido que se tenga una mayor interacción y comprabilidad por parte de los usuarios.

Por otra parte, mencionó que es fundamental que países que no han pasado por ninguna de las revoluciones industriales, tengan una prioridad de crear algo novedoso y que pueda incrementar la economía.