Hace años que tomar un vuelo desde San Salvador es muy caro, es probablemente una de las tarifas más caras en la región centroamericana. Tengo que confesar que más de alguna vez he manejado hasta la capital guatemalteca y he tomado un vuelo desde allá porque es significativamente más barato, a veces hasta menos de la mitad.

Pues la mala noticia es que de ahora en adelante, la situación podría ser peor. En la Asamblea Legislativa, la Comisión de Obras Públicas encomendó elaborar un dictamen favorable para aumentar un 10 % a todas las tarifas a los servicios que presta la Autoridad de Aviación Civil (ACC). Los diputados alegan que el incremento no será al boleto sino a los servicios que presta la Autoridad de Aviación Civil, pero los representantes de las aerolíneas han advertido ya que no podrían absorber un aumento desproporcionado a las tarifas y que tendrían que trasladarlo a los consumidores. En otras palabras, hay que prepararse para boletos cada vez más caros.

Se han invertido docenas de millones de dólares en renovar el Aeropuerto Internacional Monseñor Romero y se ha abogado mucho por mantener el hub de Avianca aquí, pero hay que tomar otras medidas para que se vuelva atractivo viajar en avión y no estar inventando más cargos que solamente impactan los bolsillos de los usuarios. Recordemos que hoy no viaja solamente el hombre de negocios y la gente con alto poder adquisitivo, sino los familiares de muchos salvadoreños residentes en el exterior que con mucho esfuerzo, pagan los boletos de sus padres y abuelos para visitarlos.

Mientras en Estados Unidos y en las naciones europeas, la competencia y la incursión de aerolíneas de bajo costo han hecho que los precios bajen sustancialmente, aquí vamos contra la tendencia mundial tomando medidas como esa. ¿Y cómo vamos a atraer al turismo de esa manera?