La célebre actriz española Penélope Cruz, protagonista del filme “Wasp network”, sobre una red de espías cubanos en Estados Unidos, del director francés Olivier Assayas, en competición ayer en la Mostra de Venecia, lamentó la falta de libertad en Cuba.

La actriz, que pasó varios meses en Cuba para el rodaje de la película, aseguró que no sintió la libertad de pensamiento que se esperaba tras 60 años de revolución comunista.

“Yo no siento una libertad muy grande a la hora de hablar y a la hora de compartir cómo se sienten. Y eso sí es algo que me inquieta, porque creo que en 2019 en cualquier lugar del mundo alguien debería sentirse libre para hablar”, afirmó durante la conferencia de prensa de presentación del filme.

La actriz, que interpreta a la esposa de un espía cubano detenido en Estados Unidos en los años 1990, habla en el filme con un notable acento cubano, lo que la obligó a meses de preparación.

“La gente de Cuba es maravillosa”, dijo, “te enamora por su corazón, los valores y la humildad”, añadió.

Sin embargo, admitió que le costó entender a su personaje, una defensora a toda costa del régimen, porque “no comparto su extremismo, no soy de extremismos”, explicó.

Cruz reconoció que la historia de Cuba es “complicada”, ya que la película cuenta un hecho real ocurrido durante los años 1990, cuando fue creada una red de espionaje por el régimen comunista para frenar los atentados en la isla organizados por grupos anticastristas de Miami.

“Los cinco héroes”, como se les conoce en La Habana, fueron apresados en 1998 acusados de integrar la “Red Avispa”, la mayor organización de espías cubanos detectados en operaciones en Estados Unidos, y condenados en 2001 a severas penas de cárcel.



- Un thiller entre Cuba y Miami -

Narrado como un thriller, el filme cuenta la vida de los cinco espías cubanos en Miami, sus reuniones, fiestas y conversaciones, interpretados entre otros por el mexicano Gael García Bernal, el venezolano Edgar Ramírez, el brasileño Wagner Moura y el argentino Leonardo Sbaraglia.

“Los conflictos de la Guerra Fría han marcado mi generación y enmarcan aún el presente. Las cenizas aún queman, aunque creo que ya hay la distancia suficiente para discutir”, aseguró el director, cuya película intenta no tomar posición.

“Tuve toda la libertad para rodarla”, recalcó Assayas, quien emplea pocas imágenes de archivo a excepción de una entrevista a Fidel Castro en la que asegura que es paradójico que el país que más espía en el mundo, Estados Unidos, condene y espíe al país más espiado como es Cuba.

“No hay que dejar engañarse con la máscara de la ideología”, explicó Assayas a la prensa al resumir el espíritu con el que aborda la película.