Save the Children y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) piden a los Gobiernos de los países de bajos y medianos ingresos económicos, tomar medidas urgentes para proteger a las familias pobres para que enfrenten la pandemia del COVID-19.


Ambas organizaciones defensoras de los derechos de la niñez señalan que la crisis sanitaria por el coronavirus para finales de este año, podría causar que 86 millones de niños se sumen a otros que ya viven en hogares de escasos recursos.


Es decir que podría subir a 672 millones de infantes que pertenecerían a hogares pobres, antes de finalizar el año.


De acuerdo a un comunicado, la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, asegura que la pandemia del COVID-19, está causando una crisis socioeconómica que está agotando los recursos de las familias de todo el mundo.


“El alcance y la profundidad de las dificultades económicas que están afrontando las familias podrían revertir años de avances en la reducción de la pobreza infantil y privar a los niños de los servicios esenciales. Sin una acción concertada, las familias a las que ya les cuesta salir adelante podrían caer en la pobreza, y las familias más pobres podrían enfrentarse a niveles de escasez que no se han visto en décadas”, expresa Fore en el comunicado de las entidades.


Save the Children y UNICEF advierten que las familias tienen más dificultades para adquirir agua y comida y hay probabilidades que tengan menos acceso a atención médica o la educación por el coronavirus. Señalan que los infantes podrían estar expuestas al peligro del matrimonio infantil, la violencia, la explotación y el abuso.


La directora general de Save the Children Internacional, Inger Ashing, dice que la crisis económica afectará más niños, vulnerables y esto afectarles toda su vida.


“Si actuamos con prontitud y firmeza, podremos prevenir y contener los riesgos que plantea la pandemia para los países más pobres y para algunos de los niños más vulnerables. Este informe debería ser una llamada de atención para el mundo. La pobreza no es inevitable para los niños”, asegura Ashing.


Para detener los efectos de la COVID-19 sobre los menores de edad que pertenecen a familias pobres, Save the Children y UNICEF solicitan ampliar los programas de protección social como las transferencias en efectivo y la alimentación escolar.