La construcción de la primera planta de gas natural licuado (GNL) en El Salvador costaría hasta $200 millones más de lo estimado, ya que Energía del Pacífico (EDP), encargada del megaproyecto, calcula que la inversión superará $1,000 millones para 2021.

Esta planta se construye en Acajutla, Sonsonate, con una capacidad para generar 378 megavatios (MW) de energía, 23 MW más de lo acordado en la licitación, y se espera que inicie operaciones a más tardar en julio de 2021.

En 2013, Quantum GLU -que luego constituyó a la empresa EDP- ganó una licitación para generar 355 MW de energía limpia. Hoy en día, EDP es una sociedad compuesta por la salvadoreña Quantum Energy y la estadounidense Invenergy LLC.

En un principio se calculó que el proyecto costaría $800 millones, luego se manejó que llegaría a $900 millones. Sin embargo, Alejandro Alle, director ejecutivo de EDP, informó ayer que la inversión superaría $1,000 millones y espera que “no siga elevándose porque los ingresos son los que son, que están en los contratos con las distribuidoras y no se pueden tocar”.

Alle explicó que este incremento se debe a requerimientos de los financistas del proyecto, que piden asumir contingencias presupuestarias, aunque no terminen ocurriendo en el transcurso de la construcción. “Estos valores que manejamos, ahora por el orden de $1,000 millones, tienen que ver con confort que los propios bancos han exigido que pongamos en los números”, señaló.

En la nueva cifra también se incluye la adquisición de un barco a la empresa Shell, que EDP enviará “muy probablemente” a algún astillero de Singapur para que lo conviertan en una unidad flotante de almacenamiento para regasificación, conocido como FSRU.

Esta unidad permanecerá los 20 años del contrato o toda la vida útil del proyecto flotando en un sistema de amarre. Junto al FSRU se observará cada dos meses un barco de la Shell International Trading Middle East Limited para el combustible.

La empresa “ya tiene el contrato para adquirirlo” por al menos $200 millones, indicó Alle. Este barco será compartido entre EDP y una empresa noruega que lo operará. Aunque no sea propiedad del todo de Energía del Pacífico, debe incluirse dentro del presupuesto del proyecto, señaló.

La construcción de la planta de GNL inició en enero de este año. / Vicepresidencia de la República


Avanzan los fondos

El 30 % de la planta de GNL se financia con aportes de los accionistas y 70 % con bancos internacionales. Para el financiamiento externo, cuenta con el apoyo de hasta $350 millones que aprobó la semana pasada la Corporación de Inversiones Privadas en el Extranjero (OPIC, por su sigla en inglés), del Gobierno estadounidense.

El banco alemán KFW aportará $150 millones con garantía de la agencia finlandesa FINNVERA y se espera que pronto la Corporación Financiera Internacional (IFC, en inglés, parte del Grupo del Banco Mundial), dé el aval para financiar otros $150 millones.

“Normalmente las obras se comienzan cuando están firmados todos los contratos de financiamiento”, sin embargo los accionistas “tomaron la decisión valiente” de iniciar la construcción de la planta en enero pasado, destacó el director ejecutivo de Energía del Pacífico.

Los 27 meses de construcción comenzaron a correr desde septiembre de 2018, cuando la empresa le ordenó a la finlandesa Wärtsilä iniciar con la ingeniería de detalle.

La compañía es la encargada de la planta generadora y suministrar los 19 motores.

El proyecto energético de EDP también contempla la instalación de una línea de transmisión de 45 kilómetros que conectará la central en Acajutla con la subestación de Ahuachapán.

 

 

¿En qué consiste el proyecto y cuáles son sus beneficios?



Qué generará

La planta tendrá una capacidad para generar 378 MW de potencia, suficiente para abastecer el 30 % de la demanda nacional de energía eléctrica. Solo en la construcción de la terminal marítima y en la central térmica se generarán más de 1,000 empleos y cerca de 60 en ofertas laborales técnicas y administrativas para la fase operativa.



Aspecto social

Este proyecto es considerado hasta hoy como el más grande y millo­nario de El Salvador. Por ley, la empresa debe destinar un porcentaje de la inversión a programas sociales de las comunidades aledañas a la zona de construcción durante 20 años. EDP asigna $500,000 cada año para proyectos que la alcaldía designa.