Principal ingreso para la playa El Palmarcito, en La Libertad. Hace cinco semanas, la comunidad decidió poner cadena para evitar el paso a turistas. /Francisco Valle


“Playa cerrada” se lee en un rótulo colgando de una cadena en la principal calle de acceso a la costa El Palmarcito, en La Libertad. A un lado, dos personas custodian para asegurarse que los que quieran ingresar sean residentes de la comunidad o dueños de ranchos; su objetivo, según relató Israel Alfaro, uno de los porteros, evitar el ingreso a turistas y reducir el riesgo de contagios.

El Palmarcito es una de las principales playas para los turistas durante los períodos de vacaciones. Con el inicio de la pandemia del covid-19, los lugareños decidieron controlar el ingreso solo aplicando desinfectante para los visitantes, pero hace cinco semanas “se nos llenó y decidimos sacar firmas con la colonia y la ADESCO” para poner cadena, explicó Alfaro.

Dos personas permanecen desde tempranas horas del día hasta el anochecer para controlar el ingreso a la playa. “Nosotros aquí no dejamos ingresar más de dos, pero que sean dueños o que nos digan 'hagan el favor tengo dos persona', más no, ni carros. Hay quienes dejan el carro y se van a pie”, comentó Alfaro.

El salvadoreño aseguró que el único objetivo del control es: mantener la comunidad libre de contagios.

Una cadena impide el ingreso para la playa El Sunzal, en La Libertad. /Francisco Valle


Esta misma estrategia se mantiene en el ingreso principal para El Sunzal. Una cadena cubre de punta a punta la entrada del camino y, cuando alguien se acerca, los mismos lugareños alertan a los visitantes de que “la playa está cerrada”.

En El Tunco, una de las playas más famosas para los turistas nacionales y extranjeros, el acceso se mantiene libre. En ausencia de turistas, varias cuadrillas de trabajadores se encuentran arreglando el sistema de aguas residuales y cambiando el pavimento. Una trabajadora, quien no quiso identificarse, explicó que las obras comenzaron hace un mes y esto les sirvió a los lugareños para tener ciertos ingresos tras ver paralizadas las actividades cuando se implementó la cuarentena en marzo.

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En El Tunco lo único que queda son ramas y trozos de árboles arrastrados por la corriente. Los hostales y tiendas de artículos de ropa se mantienen cerrados, los lugares abiertos son restaurantes o minisúper que ofrecen comida solo para llevar.

Vista de la playa El Tunco, en La Libertad. Pocos restaurantes permanecen abiertos con el servicio para llevar. /FRANCISCO VALLE


El segundo feriado perdido

El Salvador implementó medidas de confinamiento desde la segunda quincena de marzo cuando se reportaron los primeros casos de covid-19. Uno de los primeros rubros en cerrar fue la industria turística que abarca alojamiento, comida, operadores, transporte y servicios de información, pero su retorno no se espera con tanta prontitud sino hasta la cuarta fase del plan de reapertura económica prevista para septiembre próximo.

El primer golpe se sintió en Semana Santa, cuando el confinamiento era más estricto y no permitía la salida de las personas más allá de su municipio de residencia. A medida se prolonga la reactivación de la industria, las previsiones del Ministerio de Turismo (Mitur) se empeoran y se espera que el sector pierda $1,145 millones.

A diferencia las costas, en puerto de La Libertad la actividad es más dinámica en el nuevo Mercado de Mar. Si bien algunos cubículos se mantienen vacíos debido a la baja demanda, los comerciantes aprovechan para vender hasta pasadas de las 3:00 pm.

 

 

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