Violar los estatutos, no seguir órdenes superiores, disentir de las líneas políticas de manera pública y la traición son las razones por las cuales los partidos con más seguidores en el país pueden expulsar a sus bases, miembros y directivos en El Salvador.

Los partidos políticos del sistema salvadoreño difieren en ideologías, pero no en las acciones de control sobre sus afiliados.

En sus estatutos, que son de acceso público según la Ley de Partidos Políticos, aparecen regulaciones a comportamientos dañinos para los intereses de estas organizaciones que, muchas veces, coinciden.

Dependiendo su gravedad y su incidencia en la imagen pública de la institución, los partidos responden con sanciones que van desde una simple advertencia hasta el rechazo del afiliado en los casos más sonados.

El mismo presidente de la República, Nayib Bukele, fue expulsado de su anterior partido, el FMLN, mientras aún fungía como alcalde de San Salvador, en 2017, por “violar los estatutos, carta de principio y objetivos y reglamentos del partido”.

Fue denunciado por sus compañeros militantes ante el Tribunal de Ética del partido de promover la división interna, no defender el programa del partido, difamar a dirigentes del partido y agresión verbal y física a un miembro. A finales del año, anunció que se postularía como candidato presidencial, y en 2019 terminó con 10 años de gobierno del partido que lo expulsó.

 

Las sanciones

El FMLN, de hecho, deja la decisión de amonestar, suspender derechos, inhabilitar y expulsar a uno de sus miembros, a discreción de sus dirigentes y el Tribunal de Ética.

En sus estatutos, la institución no esclarece qué infracciones son consideradas como “leves” o “graves”, y se limita a enunciar los motivos por los que podría castigar al militante.

Hasta ahora, es el único instituto político que pone como falta el no pago injustificado de cuotas al partido. “Desacatar la línea política, acuerdos y orientación de direcciones nacionales” puede ser, también, un motivo de expulsión.

Arena, por su parte, da amonestaciones orales, escritas, suspensiones de derechos dependiendo de la gravedad y reincidencia de las faltas.

Una de las más graves y que amerita la expulsión del partido, es ser vencido en juicio por causas penales y quedarse sin derechos políticos; o bien, “traicionar” al partido.

Las conductas indebidas que “comprometan los intereses o el prestigio” del partido, dañar la imagen de las autoridades del Consejo Ejecutivo Nacional (Coena), y desacreditar cualquier proceso, además, se paga con la inhabilitación de ocupar un cargo público.

El Tribunal de Primera Instancia de Arena tiene pendiente la resolución respecto a cuatro diputados por sus declaraciones públicas: Milena Mayorga, Gustavo Escalante, Felissa Hernández y Arturo Magaña, procesados por violar los estatutos del partido.

El partido Nuevas Ideas, movimiento que impulsó Bukele antes de convertirse en el candidato presidencial de Gana, castiga con la suspensión temporal o expulsión el divulgar “asuntos confidenciales del partido” con opositores; denigrar al partido o a sus autoridades; y adoptar una “posición contraria a la línea política del partido” en reuniones con opositores o cualquier medio de comunicación.

La pérdida de derechos civiles y políticos por una condena penal; malversar el patrimonio del partido u obtener lucro personal del mismo, también vale por una “tarjeta roja” en Nuevas Ideas.

El partido Nuevas Ideas también incluyó la expulsión como sanción última para castigar.


¿Debe expulsarse?

Para los salvadoreños, las medidas que toman los partidos para expulsar o conservar a un miembro dice mucho de la libertad de expresión que permiten dentro de sus filas.

Ramón González, de 74 años, cree que “alguien que piensa diferente no debería ser expulsado por un partido, si no escuchado”. “Al final, si tiene una idea que le ayude al pueblo, el partido debería valorarlo en lugar de sacarlo por asuntos ideológicos”, aseguró.

La corrupción, en tanto, sí debería ser una razón de expulsión. Yessenia, una vendedora de la Plaza Libertad de San Salvador, asegura que, “cuando se aprovechan de la gente, es cuando deberían sacar” a un político de cargos públicos, y además, de su propio partido. “Ahí está Norman Quijano, y de él no han dicho nada de expulsiones”, ejemplificó, sobre la disciplina partidaria del partido de derecha Arena.

 

Los casos más sonados en la política

 

Todos los partidos, incluido Nuevas Ideas, incluyen el mecanismo de expulsión para regular la disciplina de sus miembros.