Ser emprendedor significa tener un espíritu creativo, de independencia, con ciertas dosis de aventura y poca aversión al riesgo. Los nuevos empresarios que arriesgan su esfuerzo, dinero, energía mental y en mayor medida la tranquilidad de tener un empleo con ingresos fijos, se adentran en un océano de incertidumbre. Según los registros estadísticos, de la Universidad de Cádiz (García Ordóñez), “el 80 % de las empresas quiebran en los primeros cinco años”.: De la misma manera, de acuerdo con la CEPAL “en los países subdesarrollados entre un 50 y un 75 % dejan de existir durante los primeros tres años”.

Si se revisan cuáles son las principales causas del fracaso de los nuevos empresarios, estableciendo en forma similar a una tabla de mortalidad, algunas de las de mayor frecuencia, son las siguientes: 1) Calidad del producto inferior a la de la competencia; 2) Desconocimiento del costo real de lo que producen o venden; 3) Precio de venta poco competitivo; 4) Esfuerzos de venta por debajo de las necesidades del mercado; 5) Poca o ninguna atención a reaccionar frente a los cambios que necesita el mercado.

En mis años de trabajo con las empresas que inician su vida en el medio económico, he visto -con mucha tristeza y desilusión- muchos casos que pudieron haberse evitado con alguna mínima intervención y ajuste en sus acciones.

Algunos ejemplos que he visto muy de cerca son los siguientes, primer caso: emprendedor con negocio de café tostado y molido: El precio de venta por bolsa de una libra, era casi igual a las marcas de mejor calidad en el mercado (US$ 6.00); ni el envase, ni el nombre comercial o marca, eran definitivamente atractivas al comprador; no sabía cuál era el costo real de su producto, impidiéndole negociar descuentos por compras al por mayor; su esfuerzo de ventas se limitó al uso de redes sociales, en varias ocasiones las intenciones de compra fueron falsas. El resultado fue el cierre del negocio.

Segundo caso: panadería (pan dulce). Aunque los precios del producto eran similares o menores en algunos casos a la de la competencia, su sistema de venta era con cinco vendedores ruteros en bicicleta; el problema principal: les pagaba sueldos fijos, y no a base de comisión; resultado: poco interés de los vendedores en incrementar las ventas. Solo vendían todo lo entregado para venta. Los primeros días en la panadería, devolviendo la tercera o cuarta parte de lo que debieron vender después de algunas semanas en el trabajo. Resultado: bajas ventas y pérdidas significativas. La empresa cerró antes de 24 meses de abierta.

Tercer caso: emprendedora de arreglos florales. Tenía experiencia en el negocio, por haber estado empleada varios años en una floristería de reconocido prestigio. El problema más importante fue la ubicación del punto de venta, tenía buenos productos y precios relativamente bajos, pero los locales en los sitios de mayor afluencia de personas que eran sus clientes potenciales, eran demasiado caros según su criterio. Al ubicarse fuera de las zonas de su mercado, el volumen de venta no fue el esperado. Las pérdidas no se hicieron esperar: el negocio duró ocho meses.

Muchos emprendedores que inician su aventura, deberían haber indagado más sobre temas relacionados principalmente con costos, valoración de la competencia, ubicación (para la mayor parte de los negocios la ubicación es clave para el éxito) entre otros aspectos.

Para este servidor, es muy triste ver la desaparición de empresas, particularmente en grandes y medianos centros comerciales, porque detrás de cada cierre, hay una secuela de frustraciones y pérdidas económicas.