El presidente de Haití, Jovenel Moïse, rompió el jueves el silencio tras una ola de protestas en reclamo de su renuncia que dejó al menos siete muertos.

"No dejaré el país en manos de pandillas armadas y traficantes de drogas", dijo en la televisión estatal luego de violentos choques entre policías y manifestantes en Puerto Príncipe.

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Mientras tanto, el Departamento de Estado de Estados Unidos anunció que retiraba a todo el "personal de no emergencia" de Haití y advirtió a los estadounidenses que no viajen a la nación plagada de disturbios.

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"Actualmente hay manifestaciones generalizadas, violentas e impredecibles en Puerto Príncipe y en otras partes de Haití. Debido a estas manifestaciones, el 14 de febrero de 2019, el Departamento de Estado ordenó la salida de todo el personal de Estados Unidos que no sea de emergencia y miembros de su familia", dijo en un comunicado esa oficina.



Los manifestantes exigen a Moïse que renuncie por un escándalo que se centra en el fondo Petrocaribe, en virtud del cual Venezuela suministró petróleo a Haití a precios reducidos y en condiciones crediticias fáciles durante años.

En un informe publicado en enero sobre el uso indebido del dinero, se nombró a una compañía que Moïse encabezó como beneficiario de fondos de un proyecto de construcción de carreteras que nunca tuvo un contrato firmado.

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Durante su campaña electoral, Moïse prometió "comida en cada plato y dinero en cada bolsillo", sin embargo, la mayoría de los haitianos todavía luchan por sobrevivir y enfrentan la inflación que aumentó un 15% desde su elección.