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El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, justificó este viernes la decisión de liberar tras una breve detención a Ovidio Guzmán, hijo del capo Joaquín "Chapo" Guzmán tras una batalla que dejó 8 muertos.

Hombres fuertemente armados libraron el jueves una batalla campal contra fuerzas de seguridad mexicanas que realizaban un operativo fallido para capturar a Guzmán en Culiacán, capital de su natal Sinaloa (noroeste), bastión del cártel de la familia.

Según un balance oficial, en el enfrentamiento murieron 7 soldados y un civil.

"Al verse rodeados por una fuerza mayor y todo el despliegue de agresión contra la población (...) se ordenó abandonar el inmueble", dijo este viernes Alfonso Durazo, secretario de Seguridad.

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El secretario de Defensa, Luis Sandoval, reconoció por su parte que el episodio fue el producto de "una estrategia mal planeada".

En una rueda de prensa López Obrador fue categórico al justificar la decisión de abandonar el operativo.

"No puede valer más la captura de un delincuente que las vidas de las personas. Ellos tomaron esa decisión y yo la respaldé", argumentó.

Y aseguró que "de ninguna manera diría que ha fracasado" su estrategia de seguridad.

Fuentes oficiales han brindado distintas versiones sobre la existencia o no de una orden de aprehensión contra Guzmán.

Ovidio Guzmán, de 28 años, es uno de los cuatro hijos que el Chapo, preso en Estados Unidos cumpliendo una condena de por vida por narcotráfico, tuvo con Griselda López Pérez, su segunda esposa.

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Durazo afirmó la noche del jueves que una unidad de la Guardia Nacional realizaba un "patrullaje de rutina" en un barrio del centro de Culiacán, una ciudad de 750.000 habitantes, cuando desde una vivienda fue atacada a balazos, una acción que los uniformados repelieron deteniendo a cuatro personas, entre ellas Guzmán.

Pero el viernes, las autoridades rectificaron que el operativo sí fue planeado. Durazo dijo que grupos de la delincuencia organizada rodearon la residencia donde se encontraba detenido Guzmán "con una fuerza mayor" que la de los militares, desatando el pánico en diversos puntos de la ciudad, por lo que el gobierno mexicano optó por detener el operativo.

"Si ayer salimos a dar una versión diferente fue porque contábamos con una información distinta", dijo Durazo.

El secretario de Seguridad afirmó que no hubo ninguna negociación en la liberación de Guzmán.



Nunca visto

Las balaceras duraron unas seis horas en varios puntos de la capital sinaloense. Las televisoras mostraban escenas de pánico en las calles, con hombres enmascarados y fuertemente armados atacando con una lluvia ensordecedora de tiros a las fuerzas de seguridad.

Sandoval confirmó la muerte de un civil y siete soldados, además de tres policías heridos por arma de fuego. Varios vehículos de la policía local y un helicóptero también tuvieron impactos de bala, y 50 reos se fugaron en medio de la refriega.

"Había balazos por aquí y por allá, nosotros tenemos un negocio aquí de comida y toda la gente se metió", dijo Víctor Solís, dueño de un restaurante donde se refugiaron varias personas de las balaceras.

Juan Ramos, un hombre que no pudo trasladar al hospital a su madre por los bloqueos que se vivían en la ciudad, dijo por su parte que nunca había visto una situación tan violenta como la del jueves.

"Había psicosis, carros incendiados en diferentes cruceros y ya vimos que era una situación grave, inédita, porque a pesar de que somos de aquí de Culiacán nunca habíamos visto ni sabido de un problema tan grave y de violencia", dijo.

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¡Renuncia!

La liberación de Guzmán provocó un reclamo que retumbó en la Cámara de Diputados. "¡Renuncia! ¡Renuncia!", gritaron diputados del conservador Partido Acción Nacional (PAN, la segunda fuerza en el país) al gabinete de seguridad que encabeza Durazo.

En materia de seguridad, la semana ya había sido conflictiva para el gobierno izquierdista con la masacre de 28 personas en dos días.

"Un desastre, por donde se le vea", asestó el experto en seguridad Alejandro Hope en Twitter.

"Lo único peor que intentar capturar a un capo sin planeación indebida y detonar una batalla campal es intentar capturar a un capo sin planeación debida, lograrlo, detonar una batalla campal y acabar liberándolo", remató.

El Chapo Guzmán, que llegó a ser considerado el narcotraficante más poderoso del mundo, se fugó en enero de 2001 de la cárcel de Puente Grande. Fue capturado de nuevo en febrero de 2014, pero 17 meses después protagonizó otra espectacular huida de un penal de máxima seguridad.

Fue detenido por tercera vez en enero de 2016 y un año después fue extraditado a Estados Unidos.

Tras un período de peleas internas, sus hijos han asumido control del cártel, junto con su cofundador, Ismael "El Mayo" Zambada.

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