El sistema financiero se mantiene sólido durante la emergencia del covid-19, lo que ha permitido que el Gobierno coloque deuda local y responda a la crisis. / DEM


Pese al deterioro de las condiciones económicas por la pandemia del covid-19, la cartera de préstamos cerró el primer semestre de 2020 con un crecimiento de $745.5 millones, según estadísticas de la Superintendencia del Sistema Financiero (SSF).

Un boletín de la institución indica que la cartera de préstamos brutos de los bancos, bancos cooperativos y sociedades de ahorro y crédito (SAC) cerró el 30 de junio pasado en $14,898.1 millones, una cifra que significó un crecimiento interanual del 5.3 % frente a los resultados del mismo período de 2019 que quedaron en $14,152.6 millones.

Si se compara a cómo cerró la cartera de préstamos en 2019, los datos de la Superintendencia del Sistema Financiero dan cuenta que los créditos otorgados crecieron en los primeros seis meses de 2020 $303.5 millones frente a los $14,594.6 millones registrados al 31 de diciembre del año pasado.

La cartera de depósitos, en tanto, mostró un mejor dinamismo al cerrar con $15,354.4 millones en el primer semestre del año. Comparado a los $13,692.6 millones que se registraron en el mismo periodo de 2019, significa un crecimiento interanual de $1,841.8 millones y es un 13.5 % adicional.

La Superintendencia atañe ese crecimiento al incremento en los depósitos del sector privado que llegaron al 30 de junio a $13,959.2 millones, un 11 % adicional si se compara con los $12,514.2 millones del primer semestre de 2019. Se registró un crecimiento de $1,445 millones.

Por su lado, los depósitos públicos crecieron 33.7 %. Las estadísticas oficiales indican que llegaron a $1,575.2 millones al cierre de junio, con un crecimiento de $396.9 millones si se compara a la cartera de $1,178.3 millones del primer semestre del 2019.

Al comprar los resultados del cierre de 2019, cuando la cartera de depósitos reportó $14,699.9 millones, el crecimiento registrado este año es de $834 millones.

De esta manera, el sistema financiero se mantiene sólido durante la pandemia; incluso, entre marzo y junio pasado, fue el principal financista del Gobierno para la colocación de Letras del Tesoro (Letes) y Certificados del Tesoro (CETES). Esto le permitió al Ejecutivo contar con recursos para financiar la emergencia y entregar el bono de $300, luego que la carga tributaria comenzara a caer por motivo del confinamiento y paralización de las empresas.

Incluso, la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) considera que la crisis habría estallado en marzo si el Gobierno no hubiera tenido acceso al financiamiento con los bancos de la plaza salvadoreña ante el cierre de los mercados financieros internacionales por la incertidumbre de los mercado emergentes.