Manuel Sánchez Masferrer, del Centro de Progreso Social, presentó la metodología del IPS en el foro de donantes. / Cortesía


El bienestar de los salvadoreños llegó a su punto más bajo desde 2014, por factores como la seguridad ciudadana y el acceso a la justicia, revela la edición 2018 del Índice de Progreso Social (IPS), presentado ayer durante el Foro Centroamericano de Donantes (CADF 2018).

El IPS, que mide la capacidad de los países para convertir su riqueza en desarrollo social, es elaborado desde el 2014 por la organización Social Progress Imperative, cuyo socio local es Fundación Poma, a través de su Centro de Progreso Social.

Desde la creación del índice, El Salvador ha perdido 20 posiciones, ubicándose este año en el número 83 de 146 naciones evaluadas, frente al 63 que obtuvo en 2014, cuando se analizaron a 132 países del mundo.

En 2015, El Salvador cayó cinco puestos y se ubicó en el puesto 68 de 133 naciones, pero en 2016 se anotó una leve mejora de cuatro lugares, llegando al puesto 64 de 133 países tomados en cuenta ese año para el índice.

Sin embargo, en 2017 volvió a retroceder seis posiciones para llegar al lugar 70 y este año se anota un retroceso de 13 escaños, el mayor desde que se comenzó a elaborar el IPS.

El informe de Social Progress Imperative señala que El Salvador fue uno de los países que reportó la mayor caída este año al compararlo con 2014: el puntaje del país pasó de 67.3 ese año a 64.97 en 2018. Esto significa que la evaluación de El Salvador se redujo en 3.46 % en el lapso de cuatro años.



Los retos

El IPS de 2018 se realizó a partir de 51 indicadores, los cuales se agrupan en 12 componentes.Éstos, a su vez, están bajo tres ejes: Fundamentos del Bienestar, Necesidades Básicas Humanas y Oportunidades.

El Salvador muestra el desempeño más bajo en los indicadores relacionados a estos dos últimos, específicamente en los componentes de Seguridad Personal y Acceso a Justicia.

En Seguridad Personal, el país ocupó el lugar 143, colocándose como uno de los tres países más peligrosos para sus ciudadanos durante 2018.

La tasa de homicidios, que llegó a 108.64 por cada 100,000 habitantes, le valió al país el lugar número 146 en este indicador. Además, el nivel de crímenes violentos y criminalidad percibida también están entre los peores desempeños, llegando a la posición 127, con la calificación más alta posible, 5 puntos de 5.

El informe reveló además que, en solo cuatro años, el pilar de Oportunidades tuvo una caída de 39 posiciones, pasando del lugar 46 al 85. La calificación de El Salvador en este eje pasó de 57.92 en 2014, a 48.39 en 2018.

Esta caída se vio influenciada por indicadores como la Inclusión, que pasó de una puntuación de 58.42 en 2014, a 40.44 este año, reflejando una caída de 52 escalones, desde el puesto 41 al 93. Además, el Acceso a la Justicia ubica al país en la posición 137 con una puntuación de 0.27, siendo 1.0 la nota más alta.

Los únicos indicadores en los que el país avanzó fueron los referentes a la expectativa de vida, en el lugar 40, muertes prematuras por enfermedades no transmisibles (38), y acceso a servicios básicos (70); sin embargo, el acceso a salud de calidad ocupó el lugar 133 en el mundo, con una puntuación de 0.70 de 4.0 posibles.

En El Salvador, los encargados de recopilar los datos son el Centro de Progreso Social, creado por la Fundación Poma, y la INCAE Business School. Manuel Sánchez Masferrer, director del Centro, destacó que el IPS es una herramienta que permite identificar y priorizar las necesidades más urgentes.